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Culpan al Gobierno vasco de no apoyar la instalación del "Guernica" en Euskadi

Una proposición no de ley presentada por Euskadiko Ezkerra y debatida en el pleno del Parlamento vasco, celebrado el pasado jueves en Vitoria, solicitando la ratificación de un acuerdo unánime anterior de dicha cámara sobre la ubicación del Guernica, de Picasso, en la villa foral, ha dado ocasión a un relanzamiento de la polémica sobre el tema, y, en particular, sobre la actitud del PNV y el Gobierno monocolor de Vitoria ante él.

Fueron principalmente los socialistas quienes, por boca del diputado Maturana, reprocharon al ejecutivo vasco «no haber realizado las gestiones oportunas para dar curso al acuerdo» adoptado al respecto por el Parlamento vasco el 17 de julio de 1980. Pero la polémica se desarrolla paralelamente en la Prensa local siendo el ex lendakari Leizaola y el pintor Agustín Ibarrola quienes últimamente la han personalizado.Leizaola, que ya había escrito sobre el tema en otras ocasiones, negó verosimilitud, en un artículo aparecido esta semana en la Hoja del Lunes de Bilbao, a la afirmación de Ibarrola, según la cual el primer presidente del Gobierno autónomo vasco, José Antonio de Aguirre, rechazó una oferta personal de Picasso de donar su célebre cuadro al pueblo vasco a través de dicho Gobierno. Leizaola parece ignorar, sin embargo, que la afirmación de Ibarrola está basada en las revelaciones, hasta ese momento inéditas, hechas por el actual director general de Bellas Artes del Gobierno de Vitoria, el escultor Néstor Basterretxea, en un artículo publicado hace siete meses en el boletín informativo del PNV.

En el artículo en cuestión, escuetamente titulado Tristemente, Basterretxea reproducía el testimonio del senador nacionalista Julio Jáuregui, fallecido el pasadomes de febrero, según el cual existieron tanto el ofrecimiento de Picasso como el rechazo por parte de Aguirre, por considerar este último que el Guernica «no valía nada».

Desconocimiento del arte

Consciente Basterretxea de la importancia de sus revelaciones, su artículo comienza advirtiendo que «he dudado mucho antes de tomar la decisión de referirme a lo que a continuación voy a revelar, porque se da la circunstancia penosísima de que los protagonistas de los hechos son personajes cimeros de nuestra historia política». Esas personas (Manuel de Irujo y José Antonio Aguirre, principalmente) cometieron, sin embargo, a juicio de Basterretxea, el error de «inmiscuirse equívoca e irresponsablemente en un terreno que desconocían en absoluto: el arte».Relata a continuación Basterretxea, que ya en 1937, antes de que la obra fuera exhibida en la Exposición Internacional de París, Picasso se sintió muy «decepcionado» por la falta de entusiasmo mostrado por el dirigente nacionalista y representante del PNV en el Gobierno de la República, Manuel de Irujo, a quien el artista malagueño había invitado a ver el cuadro en su estudio. Pero «más importante y negativa» aún considera Basterretxea la reacción de Aguirre, producida «algún tiempo después».

Según el relato de Jáuregui que Basterretxea reproduce, Picasso respondió a la petición del cuadro realizada por el primero, con las siguientes palabras: «Si el presidente Aguirre me lo pide, el cuadro es para ustedes los vascos». Jáuregui se dirigió entonces a ver a Aguirre «con la enorme ilusión», según el relato del propio Jáuregui, «de darle aquella gran noticia. Me encontré con la negativa más cerrada. A José Antonio (Aguirre) no le gustaba nada el Guernica: no valía nada para él».

La verdad, sin embargo, es que -aún dando por descontada la admiración por la obra picassiana de Leizaola, hombre de gran cultura, especialista en literatura vasca, que en un artículo publicado en marzo pasado calificaba de «genial» al Guernica- no es seguro que esa valoración fuera compartida, no ya por el resto del Gobierno autónomo, sino ni siquiera por sus colaboradores en la Consejería de Cultura. Así, el director de Bellas Artes del Gobierno vasco de 1936, el pintor José María de Uzelay, fallecido hace unos meses, no se había recatado de opinar, en una entrevista aparecida en enero de 1978 en el diario Deia, que el Guernica «como obra de arte, es una de las cosas más pobres que se han hecho en el mundo. No tiene sentido de la composición ni de nada», dijo.

Para Uzelay, la obra de Picasso no fue sino «un pretexto que le dió Juan Larrea para que llenara una superficie de 7 X 3 metros de elementos pornográficos, cagándose en Guernica, en Euskadi, en todo». La mención a la «pornografía» la justifica Uzelay en el comentario que oyó de boca del propio Picasso, en presencia de José Antonio Aguirre, el día de la inauguración oficial del pabellón español de la Exposición de París. Según Uzelay, ante los comentarios de los espectadores sobre el hecho de que hubiera pintado manos con seis dedos, Picasso le dijo al oído: «Son seis, porque con cinco no salen dos pares de pelotas y dos ... ».

La actual polémica entre Leizaola e Ibarrola tiene su origen en un artículo en el que el segundo, que lleva años promoviendo o apoyando, junto con otros artistas vascos, toda clase de iniciativas en favor de la instalación de la obra de Picasso en Guernica, expresaba su amargura por la ausencia de representantes del Gobierno de Garaikoetxea, expresamente invitados, de los actos organizados en la villa foral el pasado 25 de octubre, con motivo del centenario del nacimiento del pintor. Dichos actos, promovidos por el Ayuntamiento guerniqués y diversas entidades ciudadanas, se inscribían en el marco del relanzamiento de la campaña que reclama «El Guernica a Guernica», y contaron con el apoyo de más de un centenar de intelectuales y artistas de toda España. La citada campaña cuenta, por una parte, con el apoyo del Parlamento vasco, unánimemente ratificado el jueves, y, por otra, con el compromiso personal del presidente Garaikoetxea, que prometió el soporte de su Gobierno a cuantas gestiones se realizasen.

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