Primera visita del presidente yugoslavo a Kosovo desde los incidentes de 1981
El Presidente yugoslavo, Sergei Krajgher, ha concluido su visita de dos días a la región autónoma de Kosovo, la zona menos desarrollada de Yugoslavia, cuando se cumplen doce meses del estallido nacionalista de la mayoría albanesa kosovar yugoslava, que produjo diez muertos en enfrentamientos con la policía, más de doscientos heridos y centenares de detenidos y condenados a penas de prisión."La situación de la seguridad ciudadana en Kosovo sigue siendo compleja", dicen los lacónicos comunicados, a pesar de los fuertes contingentes del Ejército y la policía federales allí desplazados. Todos los días nuevas pintadas piden para Kosovo el estatuto de República federada en Yugoslavia, con derecho teórico a la secesión. "El lema de Kosovo-República tiene la pretensión de recetar un Estado que vaya a solucionar todo lo pendiente", ha dicho Krajgher. Hoy, el ente autonómico de Kosovo tiene sus leyes, sus ministerios regionales, su universidad y su derecho a veto en la federación, pero sigue englobado en la República Yugoslava de Serbia.
Hay en Yugoslavia elementos que consideran que los serbios habrían actuado con poco tacto en la represión del nacionalismo albanés, no habiendo conseguido más que su acechante enquistamiento. "Medidas dedicadas a la represión de actividades delictivas y a la aplicación de la ley pueden llegar a ser contraproducentes, porque con ellas se logra castigar a los alborotadores, pero no arreglar el clima de convivencia", ha dicho el sucesor de Tito.
También se ha referido el máximo responsable de la presidencia colectiva de Yugoslavia, perteneciente a la etnia eslovena -la más avanzada de Yugoslavia-, al problema de la emigración de los eslavos de Kosovo hacia zonas menos inhóspitas del país. En los últimos años se han registrado unos 50.000 casos de fugitivos, y no son raros los atentados contra propiedades serbias en Kosovo.
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