Reticencias bancarias
Las dos últimas reuniones de la pasada semana viriieron a poner de manifiesto una curiosa reticencia por parte de las entidades bancarias a apoyar subidas en los precios de sus acciones, en unos monientos en los que la oferta había bajado ostensiblemente, y se esperaba que fueran precisamente los cuidadores de los valores bancarios quienes se encirgasen, con un pequeño empujoncito a sus títulos, de cambiar el signo de la tendencia negativa que se había venido manifestando a lo largo de las últimas sesiones.La semana empezó con dos reunioiies francamente flojas marcadas por una clara ausencia de órdenes de signo cornprador, mientras que los vendedores, sin presionar en exceso en los corros, sí buscaban la forma de colocar su papel entre los inversores potenciales. Unicamente las eléctricas, como luego se confirmaría en las dos últimas jornadas, apuntaron algún síntoma de resistencia a la baja, ya que en sus niveles de precio la rentabilidad que ofrecían por la simple vía del dividendo resultaba altamente competitiva en relación con el resto de los activos del mercado financiero.
Iberduero, tras la firma de los acuerdos políticos entre el Gobierno de Madrid y el de la comunidad autónoma vasca, apuntó una cierta tendencia al alza, que probablemente estuviera teledirigida, ya que los tomadores eran muy escasos, pero sin embargo aceptaban casi todas las ventas que se producían a la vez que mantenían una clara intencíón de producir mejoras en el precio de las acciones de esta sociedad. En la reunión del pasado viernes no les fue posible mantener esta actitud y hubieron de aceptar con prudencia unos discretos repliegues para evitar el peligro de que la oferta se desbordase.
El resto del mercado apenas tuvo movimiento; las operaciones, muy pocas, se centraban en los valores clásicos, cuyos cambios experimentaban diferencias cuantitativamente pequeñas, poniendo una vez más de nianifiesto la incertidumbre del mercado ante la situación política y, económica general del país. Los especiatlistas, que en general cuentan con una abundante liquidez, pues han materializado a lo largo de las últimas semanas casi todas sus posturas en la Bolsa, volvían sus ojos hacia los mercados financieros internacionales en busca de posibilidades de inversión más rentables que las que se ofrecen en nuestro país.
La debilidad de la peseta frente al dólar, que a la vez ha perdido a lo largo del ciclo algo de su dureza en relación con el resto de divisas fuertes, está proporcionando más de un quebradero de cabeza a los responsables financieros de las principales compañías de este país.
Las noticias que llegan desde Estados Unidos apuntan por un nuevo retraso en la reactivación de la economía norteamericana, que si bien parece haber tocado fondo en su proceso depresivo, aún no ha alcanzado las condiciones objetivas que permitan una reanimación, en opinión de los analistas, como consecuencia de los altos tipos de interés.
Para esta semana se espera que el presidente Reagan llegue a algún acuerdo con los miembros de la Cámara de Representantes sobre el déficit presupuestario que plantea su Administración. Los miembros del legislativo se muestran reacios a aceptar el fuerte incremento del déficit, pues estiman que conllevaría un mantenimiento de altos tipos de interés.
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