El problema de los residuos radiactivos
El almacenamiento definitivo de residuos radiactivos es uno de los problemas más acuciantes que se presentan hoy en día en muchas sociedades industrializadas. Desgraciadamente, el alcance de este tema ha sido minusvalorado en casi todos los países que durante los últimos años han ido produciendo y acumulando considerables cantidades de residuos radiactivos por procesos nucleares. Tan sólo en los últimos dos años se han iniciado esfuerzos crecientes en diversos países, en especial EE UU y Suecia, para llegar a controlar esta preocupante situación.Los proyectos de almacenamiento de residuos aún están en una fase de incipiente desarrollo, especialmente en el caso de los residuos de alta actividad que por sus especiales características hacen muy dificil la búsqueda de un emplazamiento para su depósito final. Su mayor problema es su alto contenido de sustancias radiactivas de edad media muy larga y de toxlcldad alta, como el plutonio 239. Se considera que los residuos de alta actividad tienen que ser aislados del medio ambiente por un margen de tiempo de miles a millones de años, aceptando por regla general una duración de aislamiento de 100.000 años como mínimo para los residuos de alta actividad ya reprocesados.
La mayoría de los países tienen previstos depósitos finales en formaciones geológicas del área continental. Las rocas huéspedes consideradas hoy en día son especialmente las rocas cristalinas, las arcillas y los depósitos salinos. Sin embargo, hay otros conceptos, tales como el almacenamiento en sedimentos oceánicos, en el Antártico o la expulsión al espacio. Aparte del concepto oceánico, que está siendo investigado actualmente en el contexto de un proyecto internacional dirigido por laboratorios de investigación estadounidense, los esfuerzos se dirigen en su totalidad a las posibilidades de depósito continental.
Los conceptos y proyectos de almacenamiento se basan generalmente en el principio de las barreras múltiples. El objetivo de este método es el de aislar las sustancias radiactivas y retardar al máximo su mígración por una serie de barreras técnicas y naturales colocadas una tras otra. Para ello se comienza por fijar los elementos radiactivos en una matriz de materiales poco aptos a efectos térmicos, de radiación o disolución. Se presentan aquí como alternativa vidrios especiales de borosilicato, rocas sintéticas y determinados tipos de cerámicas. Luego se mete en recipientes especiales provistos con diversos mantos o capas de plomo, acero y otros materiales. También se disponen aislantes suplementarios, como arcillas especiales o mezclas de estas arcillas y arenas silíceas en la cavidad de almacenamiento del recipiente y en las galerías donde son depositados. La roca huésped en la que son albergados estos residuos, así como el cuadro geológico general, se consideran como las dos últimas barreras para evitar toda posible fuga de los elementos radiactivos.
Aunque la investigación científica se ha intensificado fuertemente en los últimos años, siguen sin resolverse una serie de importantes problemas. Una de las mayores incertidumbres que han de ser resueltas se centra en las características de los acuíferos existentes en las profundi dades consideradas para el almacenamiento de estos residuos. Estos conocimientos son importantes porque el agua es el posible agente de transporte de las sustancias- rad.iactivas al medio ambiente.
Son, por ejemplo, extremadamente limitados los conocimientos de circulacíón del agua por las redes de fisura de las rocas cristalinas. Asimismo, surgen grandes problemas en la datación exacta de la edad del agua.
Otros problemas que han de ser investigados a fondo son las posibles interacciones entre los desechos, los diferentes materiales de encapsulación utilizados, el efecto térmico de los desechos y en general del decósito sobre la formación del huésped, los cambios de tensión en la roca y muchos más. Estos conocimientos son indispensables para establecer los pronósticos de la durabilidad de un depósito y son necesarios para decidir si un proyecto de almacenamiento puede realizarse de manera segura y sobre los tiempos de aislamiento considerados. Este es, ciertamente, el problema más delicado del almacenamiento final. Actualmente se está de acuerdo en que los resultados de todas estas investigaciones no estarán disponibles hasta finales de siglo. Hasta que no llegue ese momento, en el que se pueda saber algo acerca de la viabilidad del ilmacenamiento final de estos resíduos, parecería razonable que si dejara de producir más residuos, que se vengan a sumar a los ya existentes.
También cabe destacar que un proyecto de almacenamiento sólo se podrá llevar a buen fin si se puede garantiza.r el control riguroso de las instituciones encargadas del mismo por parte de las autoridades gubernamentales y de institutos científicos independientes. Igualmente, es imprescindible una política de ínformación hacia la opinión pública. Este último punto es particularmente importante, ya que es impensable llevar a cabo el almacenamiento de residuos nucleares sin contar con la aprobación de la población afectada por las instalaciones que se tengan que efectuar.
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