Ayer se pusieron a la venta los últimos números de 'Triunfo', y 'Tiempo de Historia'
Con un número que dedica buena parte de su contenido a reflexionar sobre El futuro de la escritura y una edición especial titulada Así fue la posguerra, respectivamente, se despiden de los lectores las revistas Triunfo y Tiempo de Historia, que ayer se pusieron a la venta por última vez. Las ' dos publicaciones, editadas por Prensa Periódica, SA, se han visto obligadas a suspender su publicación por razones económicas.
En el editorial, Triunfo recuerda su conversión, de semanario en mensual, como una "salida de urgencia para una situación agónica", y se refiere a la imposibilidad de recuperar la "específica vocación profesional de la revista que había sido: un semanario de opinión, de inequívoca vocación democrática, cuya voz independiente debía seguir contribuyendo a favor de la libertad en esta lenta y difícil transición en que todavía estamos".Señala más adelante el comentario que "las circunstancias adversas -disminución paulatina de la difusión, aumento acelerado de los costes, descenso en picado de los mínimos ingresos publicitarios programados crecieron con desmesura y, en los últimos meses, de forma galopante. En definitiva, nos ha desbordado una realidad que, aunque no nos parezca razonable, posee una razón histórica. No es útil revolverse contra ella y considerarla culpable de todos nuestros males. Probablemente, además de inútil es injusto".
"Triunfo ha llegado, pues, al final de su largo camino", concluye la revista. "A una situación irreversible, sin más allá, sin otra esperanza ya que el recuerdo positivo que pueda suscitar ese largo camino, honesta y libremente recorrido".
Por su parte, Tiempo de Historia reconoce, en un comentario titulado Adiós a todos, que la revista no dispone de lectores suficientes para sostenerla, que tampoco ha tenido nunca un soporte de publicidad y que todo ello obligaría a subir el precio de manera astronómica, y sustraerla al alcance de muchos bolsillos para que la revista sobreviviera. Tiempo de Historia afirma que su propósito "ha sido relatar unos hechos que hasta entonces habían sido tergiversados, manipulados, deliberadamente utilizados para sostener una determinada política. ( ... ) Quizá esta misión se ha agotado en sí misma, al cabo de casi nueve años. Probablemente ya no sea necesaria, y aún a muchos puede parecerles indiferente".
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