La intentona de Nairobi ensombrece la reunión de la OUA

ENVIADO ESPECIALLas reuniones informales que mantenían los ministros de Exteriores de la Organización para la Unidad Africana (OUA) en la capital libia se han paralizado ayer, de común acuerdo. El golpe de Estado contra el presidente Daniel Arap Moi, a pesar de haber sido abortado, arroja una sombra suplementaria sobre la conferencia de Trípoli. Anoche se esperaba el inminente anuncio de la suspensión definitiva de la cumbre africana, por falta del mínimo indispensable de participantes.

Una buena parte de los dirigentes africanos reunidos en la capital libia estimaron que Arap Moi ha sido víctima de su propia "ambición personal". El golpe, para ellos, estuvo motivado por las decisiones del presidente keniata de frenar la "democratización", al darse cuenta de que la intelectualidad de su país apoyaba al vicepresidente Oginga Odinga, quien pretende desprenderse de algunos estrechos lazos con Estados Unidos. Las mismas fuentes agregaron que Arap Moi fracasó en todas sus tentativas de detener la corrupción en el país.

Lo ocurrido en Nairobi ha hecho desbordar el vaso de la amargura de los ministros progresistas reunidos en Trípoli, quienes contaban con la llegada de Arap Moi para jugar la última carta de la fantasmal cumbre. El presidente de Kenia, según la delegación de este país, no solamente no vendrá, sino que es poco probable que acepte prolongar su mandato actual de presidente en ejercicio de la OUA.

Por ello, no solamente se han paralizado las reuniones informales, sino que el grupo de los veintiséis, formado por los países que han reconocido la República Arabe Saharaui Democrática (RASD), se ha dedicado ayer a elaborar una declaración que pondrá punto final a la abortada cumbre de la OUA. Libia, que ha hecho inauditos esfuerzos para mantener viva la llama de esta cita africana, tendrá que resignarse a comunicar el aplazamiento. Así habrá fallecido la gran ilusión del coronel Gadafi de llevar adelante la cohesión de una organización malherida, aunque no se descarta que Libia reclame el derecho de volver a albergar una nueva tentativa de reunir a los jefes de Estado africanos este mismo año.

Los veintiséis tendrán dificultades incluso a la hora de firmar la declaración que pone fin a los esfuerzos por activar la cumbre. Esto se explica por la simple razón de que si sobre la RASD hay unanimidad total, la misma no existe a propósito de Chad o de otros problemas del continente negro, con lo cual el grupo de países llamados progresistas se encuentra dividido a propósito de dar a la publicidad o mantener secreto el contenido de su declaración.

Dada la compleja situación creada en Trípoli por la ausencia de veinte países, es muy posible que la OUA tenga que atravesar ahora por una situación de la más completa anormalidad, si el presidente Arap Moi se niega a prolongar su mandato, una vez la cumbre de Trípoli sea oficialmente aplazada. La solución inscrita en la Carta Africana ofrece a los jefes de Estado de Lesotho o de Tanzania la presidencia provisional de los destinos de la organización hasta que pueda reunirse el quórum.