La vigente tregua en Beirut ha permitido la reanudación de las negociaciones
El undécimo cese el fuego, respetado ayer por israelíes y palestinos tras una jornada de intensos bombardeos sobre Beirut que causó quinientos muertos y heridos, ha permitido al enviado especial norteamericano Philip Habib reanudar las negociaciones para la salida de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) de la capital libanesa. En Israel, la figura del ministro de Defensa, Ariel Sharon, cerebro de las operaciones militares de Líbano, aparece como el centro de las críticas de los ministros más moderados del Gobierno de Tel Aviv.
El presidente libanés Elías Sarkis, el primer ministro Chaffic Wazzan, y el ministro de Asuntos Exteriores, Fuad Butros, han hecho saber a Habib que no están dispuestos a dar satisfacción a las últimas exigencias israelíes. El portavoz de la OLP, Mahmud Labadi, declaró ayer que "la OLP ha hecho ya todas las concesiones para evitar a Beirut oeste nuevas destrucciones. Es Israel el que intenta, con toda evidencia, impedir la salida de los combatientes y los jefes palestinos, como demostró el jueves".Según una fuente gubernamental libanesa, citada por la agencia France Presse desde Jerusalén, Israel exige que la fuerza multinacional de interposición sea desplegada en Beirut una vez que hayan abandonado esa capital la mitad de los combatientes palestinos, mientras que anteriormente exigía la salida de la mayoría de esos combatientes. El Gobierno de Tel Aviv pide también que el primer contingente de la fuerza multinacional esté constituido por el Ejército libanés en lugar de soldados franceses.
La radio oficial libanesa anunció ayer que el primer grupo de guerrilleros palestinos abandonaría el próximo jueves Líbano por mar con destino a Jordania.
La misión del Ejército libanés
Los dirigentes libaneses consideran que el tema de la fuerza multinacional es de exclusiva soberanía libanesa y acceden a que su Ejército vigile la salida de los combatientes palestinos y garantice la protección de la población civil en el curso de las operaciones de retirada, pero apoyado por fuerzas internacionales. Por su parte, las fuerzas palestino-progresistas no se oponen al despliegue del Ejército libanés en Beirut oeste, a condición de que se lleve a cabo en el marco de una fuerza internacional. Los progresistas libaneses consideran que la composición actual del Ejército de Líbano es demasiado favorable a los cristianos, por lo que hasta ahora han impedido su despliegue en Beirut oeste.
El Ejército regular libanés, que se ha abstenido de entrar en la zona musulmana de la capital desde el final de la guerra civil de 1976, está mandado por el general Victor Khoury e integrado por 23.000 hombres. Varios cuarteles del Ejército libanés se encuentran en zonas del país controladas por ejércitos extranjeros, como es el caso del valle de la Bekaa, ocupado por los sirios, y del sur de Líbano, bajo control israelí.
El diario Maariv, de Jerusalén, afirmaba ayer que varios ministros israelíes han pedido la dimisión del ministro de Defensa, general Ariel Sharon, después de que quedase en minoría en la reunión del Gabinete del pasado jueves, en la que se analizó la dura reacción del presidente norteamericano Ronald Reagan al feroz bombardeo israelí del mismo día.
El general Sharon había propuesto atacar y ocupar los sectores palestinos del sur de Beirut, lo que fue rechazado por la mayoría del Gabinete. El ministro de defensa israelí, considerado el auténtico halcón de la política israelí, reiteró, en una entrevista concedida a una cadena de televisión norteamericana, su oposición al despliegue de la fuerza multinacional antes de la retirada de los palestinos de Beirut oeste. Sharon, en quien la oposición laborista ve "un serio peligro para la dernocracia" fue duramente censurado ayer por el primer ministro Menájen Beguin, según informa la agencia Efe, quien le advirtió que "tú eres el representante del Gobierno ante, las fuerzas armadas,y no al revés".
El ministro de Defensa israelí, de 54 años de edad, se incorporó en 1977 a la coalición Likud, que dirige el primer ministro Beguin, y fue designado entonces ministro de Agricultura, cargo en el que ya evidenció una posición intransigente en la masiva contrucción de nuevos asentamientos en los territorios ocupados de Cisjordania y Gaza. Sobre el terreno de batalla, ayer el Ejército israelí no había levantado, a pesar de la resolución votada el jueves por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, el bloqueo sobre Beirut oeste, donde la escasez de agua y de alimentos hacen tremendamente dificiles las condiciones de vida. La reácilución de la ONU pedía también el despliegue de observadores de las Naciones Unidas y el cese de las operaciones militares.
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