Jóvenes mediterráneos reclaman en Valencia la devolución del arte expoliado por los colonizadores europeos

Los jóvenes mediterráneos que participan en el I Festival de la Juventud del Mediterráneo, que se celebra en Valencia, reclaman la devolución a sus países del patrimonio artístico expoliado por los colonizadores de Europa occidental cuando los países ribereños del norte de Africa y del Mediterráneo oriental se encontraban supeditados a su influencia política.

La mesa redonda dedicada al tema de "Civilizaciones mediterráneas y patrimonio histórico artístico", puso de manifiesto el saqueo que las colonizaciones de los grandes países europeos han realizado en los países norteafricanos, especialmente en Egipto y en Grecia, apropiándose de piezas de inmenso valor cultural que hoy permanecen encerradas en sus museos. La delegación griega, integrada por socialistas, comunistas prosoviéticos y eurocomunistas, insistió en la propuesta de su ministra de Cultura, Melina Mercouri, efectuada a aquellos países para que el patrimonio expoliado vuelva a sus países de origen, siempre que allí se puedan ofrecer garantías suficientes de conservación, y tras acuer dos alcanzados en el marco de los organismos internacionales.Las sesiones del festival, en el que participa un millar de jóvenes que representan a 38 organizaciones progresistas de diecisiete países ribereños, están transcurriendo según el programa previsto. El debate político resulta largo y prolijo para acotar en una declaración unitaria de todas las organizaciones ya que todas las delegaciones deben aportar sus puntos de vista sobre las cuestiones a debate. Por otro lado, la tensión entre algunas organizaciones, como es el caso de la representación marroquí, que no acepta la presencia del Frente Polisario, respaldada por las otras delegaciones, surge en algunos de bates que concluyen con la afirmación del principio de autodeterminación de los pueblos mediterráneos. Las delegaciones también se han pronunciado por la independencia militar frente a los dos bloques mundiales, por el pacifismo, y por la defensa del equilibrio ecológico del Mare Nostrum, más nece sario de medidas a raíz de su característica de cuenca cerrada.

El compromiso político no ha monopolizado, sin embargo, las tareas de los congresistas, que han mostrado gran interés por las veladas culturales que todas las no ches se han celebrado al aire libre en los viveros municipales. La representación de folklores ribereños no ha resultado tan extensa como prometían los organizadores, por defectos de coordinación. Los jóvenes libaneses, rodeados de pancartas que hacían referencia a la victoria de la OLP en el conflicto de su país, aportaron su danza y música populares, mientras Manuel Gerena intentaba con su flamenco marcar la raíz árabe del lamento gitano, y Víctor Manuel y Ana Belén llenaban a tope el recinto de la velada.

Diversidad política

La diversidad política de las delegaciones, pese a que el festival estaba limitado a los jóvenes progresistas y antúmperi alistas, ha tenido su contraste con la homogeneidad cultural, en la que las influencias externas de los colonizadores europeos, norteamericanos han determinado unas afinidades de gusto y, por reacción, una recuperación de la identidad cultural propia. Así no es de extrañar que uno de los grandes triunfadores de las veladas fuera un grupo libio.Según manifestaba Vicent Garcés, concejal socialista del Ayuntamiento de Valencia y presidente de la Mostra de Cinema Mediterrani, desde hace unos años en el Mediterráneo "ya no se toman iniciativas aisladas para estrechar los lazos entre los paíles ribereños, sino que se van sumando en un proyecto político, cultural y económico cuyos resultados se verán dentro de unos años". El festival organizado por las Juventudes Socialistas y Unión de Juventudes Comunistas de España, y respaldado por el Ayuntamiento valenciano, estaba proyectado desde 1976, año en que se forma la conferencia socialista del Mediterráneo. Esta conferencia, promovida por las organizaciones socialistas de cuño nacionalistas y por el Partido Socialista Polpular (PSP), fue acogida inicialmente con susceptibilidad por el PSOE, por considerarla rival de la Internacional Socialista. El tiempo, sin embargo, borró aquellas reticencias.

Garcés afirma que a este marco político de cohesión del área mediterránea responde el festival, que se produce paralelamente a encuentros de intelectuales promovidos por Grecia para definir la cultura mediterránea frente a otros modelos, a un creciente intercambio económico entre Africa del norte y Europa del sur y a las condiciones políticas objetivas de nuevos Gobiernos progresistas en Francia, Grecia, Libia y Argelia y, previsiblemente, España.