Los partidos vascos comienzan a fijar posiciones electorales
A modo de primer amago de lo que vendrá, los principales líderes de los partidos políticos vascos han comenzado a dejar caer sus ofertas electorales y, en su caso, sus insinuaciones a los posibles aliados o sus puyas a los rivales más caracterizados. Así, mientras Enrique Múgica hablaba en San Sebastián de la necesidad de recomponer las relaciones de los socialistas con el PNV, Arzallus recordaba la postura del PSOE sobre la LOAPA y Marcelino Oreja redoblaba sus llamamientos en favor de una amplia coalición de los partidos "diferenciados del nacionalismo y el socialismo".Enrique Múgica, diputado por Guipúzcoa, ha reiterado recientemente que volverá a presentarse por dicha provincia, recalcando que no aceptaría hacerlo por cualquier otra circunscripción electoral. Esta opción, que podría quizás no agradar demasiado a un sector del partido en Eulkadi, va acompañada sin embargo de lo que cabría calificar como sutil autocrítica del propio Múgica, que desde hace unos meses representa dentro de su partido la posición más proclive al entendimiento con los naopionalistas, con los que convivió el PSOE durante cuarenta años en el seno del Gobierno autónomo vasco.
Ya en el discursa que pronunció en el acto de clausura del, tercer congreso del PSE-PSOE, en abril pasado, Múgica sorprendió a los asistentes con un vibrante llamamiento a la reconciliación de ambas tradiciones para evitar la "cristalización de dos comunidades enfrentadas".
Por su parte, el presidente del PNV, Xabier Arzallus, aún negando que la LOAPA pueda ser utilizada como arma electoralista -valoración con la que coincidía ayer mismo el lendakari Garaikoetxea en una entrevista publicada en el diario Deia- considera que el PSOE "pese a su optimismo, va a pagar en Euskadi los platos rotos de la LOAPA y de otras muchas cosas". Respecto a la posible incidencia de la violencia en la campaña electoral, Arzallus piensa que sólo "puede favorecer a la derecha", y espera que de ello sea consciente Herri Batasuna", a quien, de cara a su mantenimiento o subida, tampoco puede favorecer una campaña violenta de ETA. Una incógnita que deberá resolverse esta misma semana es la de las posibles alianzas electorales.
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