Sartorius y Solé Tura piden la celebración de un congreso extraordinario del PCE
El secretario general del PCE, Santiago Carrillo, presentó ayer al comité ejecutivo un informe sobre la renovación que, a su juicio, debe experimentar el partido tras el descalabro de las elecciones. Adelantándose al informe, Nicolás Sartorius, el sucesor de Carrillo en opinión de muchos comunistas, y Jordi Solé Tura, que ha sido uno de los mejores parlamentarios del PCE-PSUC, han solicitado ya públicamente la celebración de un congreso extraordinario, en contra de la opinión de Carrillo.El responsable de información del PCE, Andreu Claret, avanzó ayer que las líneas maestras del documento de Carrillo estaban en consonancia con sus declaraciones de los últimos días. De ello puede deducirse que Santiago Carrillo habrá insistido en su análisis sobre el último descalabro electoral de los comunistas, es decir, que la mayor responsabilidad hay que buscarla fuera del PCE -en la psicosis de golpe de Estado y en el mensaje subliminal lanzado por el PSOE en la campaña electoral de que era inútil votar comunista, porque los poderes fácticos no admitirían la presencia de ministros del PCE en un Gobierno socialista-, y que los posibles errores, sucesivas crisis internas o ausencia de renovación en el partido han sido sólo factores secundarios de la derrota. No obstante, Santiago Carrillo ha hablado en los últimos días de que su propuesta de ayer iba a incluir cambios en la dirección y en el resto de la estructura del partido, si bien no especificó a quienes iba a afectar ese cambio.
Carrillo tiene que haber sido muy concreto en su documento de ayer si desea paliar el descontento en el ejecutivo, a juzgar por la expresión de absoluto abatimiento que mostraban sus integrantes a la salida de la última reunión. Hasta los carrillistas más fervientes comienzan a plantearse que a Santiago Carrillo le ha llegado la hora del relevo, y las miradas se vuelven hacia Nicolás Sartorius.
Este, que no desea plantear la batalla por la sucesión hasta estar seguro de contar con tina buena parte de los apoyos del partido, comprobó aliviado que el día en que no asistió a la reunión del ejecutivo se alzaron voces en su favor. Ahora, parece que la estrepitosa derrota sufrida el día 28 en las urnas parece haber inclinado la balanza en favor de Sartorius. Carrillo pretende evitar a toda costa que se abra una nueva crisis en el partido bajo el síndrome del fracaso electoral. Por ello, habla siempre de "varios meses" cuando emplaza la renovación y el cambio. Sin embargo, otros dirigentes, como Sartorius, Solé y Enrique Curiel, parecen opinar que esa espera sería contraproducente, que la renovación debe hacerse cuanto antes y que, a partir de ahí, el PCE estaría de nuevo en condiciones de hacer un llamamiento a los cuadros que han sido expulsados o simplemente han dejado de militar en el PCE en los últimos meses. Uno de los represaliados, el renovador Jaime Sartorius, declaró ayer a este periódico que si Carrillo deja la secretaría general y el PCE se "moderniza", él y una buena parte de sus compañeros de viaje volverían al partido.
Bajo este clima va a celebrarse hoy la reunión del comité central, el único órgano del partido capacitado para cambiar al secretario general. Es cierto que Carrillo tiene la mayoría en el central y es cierto también que él ha repetido hasta la saciedad que no tiene la menor intención de dimitir. No obstante, este periódico ha podido saber, en fuentes de absoluta solvencia, que algunos miembros del comité "carrillistas de toda la vida" van a pedir el relevoy que si Sartorius logra la convocatoria de un congreso extraordinario, Carrillo puede tener los días contados como secretario general del PCE.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.