Marcelino Camacho insiste en la necesidad de lograr la fusión de Comisiones Obreras y Unión General de Trabajadores

Marcelino Camacho, secretario general de Comisiones Obreras (CC OO), ha realizado "un llamamiento y una propuesta a nuestros compañeros de UGT" con el fin de iniciar conversaciones de cara a conseguir una central sindical única. Fuentes de Unión General de Trabajadores (UGT) señalaron ayer que este sindicato no haría ninguna declaración al respecto en tanto no se reuniera la comisión ejecutiva. A título personal, Manuel Chaves, de UGT, señaló a Efe que "la propuesta de Camacho no parece seria y responde a un intento de influir en el voto de los trabajadores en momentos de elecciones sindicales y que con ella "intenta tapar sus propios problemas derivados del desastre del partido comunista".

La necesidad de iniciar un proceso de unidad entre los dos sindicatos mayoritarios ha sido una constante en las declaraciones de Marcelino Camacho. Sus propuestas en este sentido han encontrado la indiferencia o el silencio por parte de UGT, que en alguna ocasión ha llegado a calificar de demagógicas las propuestas de CC OO. Hace unos días, Marcelino Camacho volvía a insistir en un semanario madrileño sobre la necesidad de la unidad entre los dos sindicatos y TVE recogía ayer unas declaraciones del secretario general de CC OO en las que reiteraba su oferta al sindicato socialista."Nosotros", comentó ayer a EL PAIS Marcelino Camacho, "somos conscientes de que la grave situación española y los problemas del paro y la crisis, sólo pueden tener una salida solidaria. Esto no es nuevo ni lo decimos ahora. Pero nos parece que es precisamente en estos momentos cuando más necesario resulta iniciar ese proceso de unificar los dos grandes sindicatos". Camacho recordó que CC OO ya había estado en esta línea de unidad sindical a mediados de los años setenta y el tema fue planteado en la Coordinadora de Organizaciones Sindicales.

Independiente de partidos

Para el secretario general de CC OO habría que lograr una central "única, pluralista, democrática y con el reconocimiento de corrientes internas dentro del seno del propio sindicato". La central tendría que ser, según sus palabras, independiente de cualquier partido o Gobierno.

Marcelino Camacho matizó que el tema estaba en una primera fase de estudio y que como paso previo habría que ir hacia la creación de un órgano conjunto CC OO-UGT que estudiara la viabilidad de la propuesta. Este órgano tendría como modelo la Federación Unitaria italiana y sería el primer paso que permitiera llegar a una fusión de los dos sindicatos, "que podría llevar las siglas de CC OO y UGT o las que decidiera el conjunto de los trabajadores.

Insistió además que, en cualquier caso, la. fusión habría de contar con el beneplácito de los trabajadores -"no queremos que sea un acuerdo por arriba"- y, en contra de lo recogido en un despacho de la agencia Efe, señaló que la propuesta no estaba incluida entre los asuntos a tratar por el secretariado de CC OO, "aunque posiblemente se hablará de ello". En medios de esta central, se quitó importancia al tema, recordando que era una vieja idea que Marcelino Camacho ya había presentado con anterioridad al sindicato socialista.

La insistencia de Camacho por la unidad sindical se produce en pleno proceso de elecciones sindicales y cuando ambas centrales aseguran detentar la victoria en los actuales comicios, lo que podría ser interpretado como una maniobra electoral. Por otra parte, CC OO se encuentra empeñada en demostrar y defender a ultranza la independencia del sindicato respecto al Partido Comunista de España. Y en esta línea el propio Camacho ha tratado de dejar muy claro que la posible nueva central única ha de ser "independiente de cualquier Gobierno o partido", circunstancia que, evidentemente, no se da en la UGT que como lema ha adoptado el de "sindicato socialista", y que ha tenido a gala su relación histórica con el partido ahora en el poder.

Dificultades para la unidad

De llevarse adelante la propuesta de Camacho, el PSOE tendría que modificar sus estatutos que obligan a los afiliados al partido a militar en UGT. Por otra parte, en el seno de CC OO conviven tendencias que han provocado y provocan fuertes tensiones internas entre los que abogan por un sindicato totalmente desligado del PCE y los que entienden que la central debe ser, sobre todo tras la nueva composición del Parlamento -cuatro diputados comunistas-, el elemento de presión que ahora no tiene el partido.

A estas dificultades habría que sumar la que representaría limar años de ataques -algunos físicos- entre los dos sindicatos a nivel incluso de militantes. Las tradicionales rencillas entre las federaciones del metal de ambas organizaciones, por poner uno de los más claros ejemplos, o el fracaso con que se han saldado los variados intentos de lograr unidad sindical en determinados aspectos, es suficientemente significativo de las dificultades que entraña la propuesta de Marcelino Camacho. Sin embargo, la creación de un órgano conjunto para la unidad de acción sindical, que no interfiriera en la política interna de cada sindicato, contaría con un decidido apoyo en amplios sectores de las bases de las dos centrales.