La oferta es más de 'recambio' que de cambio
La afirmación de que la declaración de voluntades que conforma el discurso de investidura de Felipe González convertía la oferta política de cambio en un "recambio de personas" y el anuncio de que, por coherencia con el electorado de UCD, el Grupo Centrista votaría en contra de la proclamación del secretario general del PSOE como nuevo presidente del Gobierno, constituyeron dos de las afirmaciones hechas anoche por Landelino Lavilla.En representación de UCD, el expresidente del Congreso de los Diputados inició su exposición, impregnada de extrema cortesía, con un saludo al nuevo presidente de la Cámara, para referirse al trabajo de la opción centrista por implantar un sistema que permitiera la alternancia en el poder que ahora se había producido. Lavilla aseguró que UCD pondrá "los intereses superiores de España por encima de cualesquiera otros".
El portavoz ucedista dijo que el candidato a presidente hacía bien en "templar sus palabras" para no generar un desencanto en la población, y coincidió en el factor prioritario de la lucha contra el paro, del que destacó, como hiciera el líder socialista, su dimensión "humana y moral". Se refirió después a "alguna afirmación preocupante" recogida en el apartado económico del discurso, en el que, mientras se coincidía con las previsiones del Banco de España en el tema de las disponibilidades líquidas para el próximo ejercicio, se aumentaba en medio punto el cálculo del aumento del Producto Interior Bruto (PIB) y se variaba la previsión del índice de inflación. Ante ello, Lavilla mostró sus reservas sobre el programa de creación de puestos de trabajo, las previsiones sobre pensiones y salarios.
Preguntó después al candidato si pensaba o no aumentar la presión fiscal y se refirió a la falta de una referencia a las centrales nucleares en la política energética y, en este terreno, demandó una definición sobre las subvenciones para gasóleo para usos pesqueros y agrícolas, tema este último que dijo no había sido abordado con profundidad. En el campo de la anunciada reforma administrativa, el líder ucedista pidió una "rigurosa profesionaliz ación de la función pública", y se mostró partidario de acuerdo institucional sobre autonomías.
Coincidió en la necesidad de robustecer la autonomía municipal y echó en falta referencias a la libertad de enseñanza, la familia y al necesario "pluralismo de la vida cultural". Sobre política exterior, valoró los "matices" del candidato en el tema de la OTAN, y pidió que en el contencioso de Gibraltar -no se penalice humillantemente a todos los españoles".
Advirtió que la utilización futura de una mayoría "como método ciego" perjudicaría la democracia y explicó que votaba en contra de la investidura porque UCD representó en las pasadas elecciones una opción distinta a la socialista y porque no compartía los "supuestos teóricos" del PSOE. Concluyó anunciando que no haría una oposición "sistemática e irracional" y que cada propuesta la valorarían en virtud del "tipo de sociedad" que escondiese y de su contenido concreto.
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