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Bush reafirma en Ginebra la propuesta de EE UU de reducir los misiles en Europa

La quinta etapa de la gira europea del vicepresidente de Estados Unidos, George Bush, comenzó ayer en Ginebra con un discurso ante el Comité de Desarme de la ONU, en el que reafirmó la propuesta norteamericana de reducir el número de misiles en Europa. Posteriormente se entrevistó con las delegaciones americana y soviética encargadas de negociar los euromisiles y las armas estratégicas intercontinentales (START).

En la agenda del vicepresidente figuraban también un encuentro con el presidente de la confederación helvética y ministro de Asuntos Exteriores, Pierre Aubert; una breve visita al Comité Internacional de la Cruz Roja, y diversas reuniones de trabajo con los embajadores y funcionarios de la Embajada americana.A su llegada al aeropuerto de Ginebra reiteró la voluntad de Estados Unidos de "llegar a conseguir una paz mundial duradera mediante el control de las armas", advirtiendo que el despliegue de los misiles soviéticos SS-20 constituía "una amenaza alarmante para Europa y la seguridad del mundo".

En su intervención ante el comité de desarme de la ONU, Bush volvió a repetir los mismos argumentos, reprochando a la URSS su empeño en defender privilegios e intereses nacionales a expensas de los demás. "Esta determinación", dijo, "quedó reflejada en la invasión de Afganistán, en la supresión de los derechos humanos en Polonia y en el empleo de armas químicas en el sureste asiático".

La actitud de la URSS ha requerido, según el número dos norteamericano, "una revitalización de nuestras propias defensas, ya que en muchos aspectos nuestro poder militar había quedado a la zaga". Las medidas tomadas por EE UU, explicó, tienen como finalidad "prevenir las agresiones y defender nuestros intereses vitales y los de nuestros amigos y aliados contra la amenaza o la coacción".

Después de señalar que los arsenales bélicos de la URSS eran superiores a los de Estados Unidos, Bush insistió en la opción cero, resumiendo el programa de desarme propuesto por el presidente Reagan el 18 de noviembre de 1981. Estados Unidos pretende una reducción sustancial del número y de la capacidad destructiva de las armas atómicas. No congelar los altos niveles actuales, como ocurrió con los acuerdos anteriores.

El segundo objetivo

El segundo objetivo de la Casa Blanca es conseguir una reducción recíproca y equitativa. En tercer lugar, EE UU busca acuerdos que refuercen su seguridad y la de sus aliados, disminuyendo así los riesgos de una guerra nuclear. Pero estos compromisos, añadió, deben ser "verificables".Refiriéndose a las negociaciones sobre los euromisiles, el vicepresidente norteamericano manifestó que su país había hecho "una propuesta de largo alcance", tendente a suprimir toda una gama de misiles, y recordó que la URSS poseía seiscientos cohetes de alcance medio con más de 1.200 cabezas nucleares, mientras que EE UU no tenía ninguno. Según nuestra propuesta, afirmó, la URSS tendría que suprimir todos sus mísiles en tierra SS-4, SS-5 y SS-20.

En cuanto a la reducción de armas estratégicas intercontinentales (START), Bush insistió en la oferta estadounidense: una disminución significativa, del orden del 50% para los misiles bafisticos; el desmantelamiento de unas 4.700 cabezas nucleares y 2.250 misiles de los arsenales nucleares de EE UU y la URSS. También se declaró dispuesto a examinar cualquier contrapropuesta proveniente de Moscú, felicitándose de que la URSS haya aceptado "el principio de la reducción" como base de discusión, aunque en la mesa de las negociaciones, dijo, las ópticas no coincidan.

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