La aproximación greco-soviética
Durante cuatro días, Nicolás Tijonov, jefe del Gobierno soviético, va a permanecer en Grecia para mantener unas conversaciones cuya duración demuestra que no se atendrán a diálogos protocolarios, sino que inician una verdadera aproximación. (...)Las circunstancias han cambiado. El jefe del Gobierno griego debe contar con el peso de un áliado comunista que ha progresado sensiblemente desde el otoño. Por otra parte, ha anunciado la vuelta a Grecia de miles de refugiados de la guerra civil de 1944-1949, combatientes o niños llevados para ser educados en las democracias populares. (...)
En su deseo de demostrar que Grecia puede tener una política independiente en el seno del bloque occidental, Papandreu ha hecho dos gestos que han satisfecho a la URSS. Rehusó adherirse a las críticas de sus aliados europeos contra el papel de la Unión Soviética en la crisis polaca. Ha sido el único dirigente de la OTAN que acogió favorablemente la propuesta de un tratado de no beligerancia hecho por el Pacto de Varsovia. (...)
Lo que la Unión Soviética propone a Grecia es un tipo de asistencia económica análogo al que las grandes potencias reservan a las naciones del Tercer Mundo que facilitan la implantación de una presencia: presas, fábricas de aluminio, electrificación de la vía férrea hacia Yugoslavia, extensión de los contratos de reparación en los astilleros de construcción naval.
Lo que Grecia espera de la URSS es mucho más político: es el apoyo más acentuado en el asunto de Chipre y en las relaciones con Turquía. (...)
22 de febrero
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