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La oposición considera que el presupuesto británico no impedirá el aumento del paro

Soledad Gallego-Díaz

El presupuesto 1983-1984 del Gobierno conservador de Margaret Thatcher no impedirá que el desempleo, que alcanza ya a casi el 14% de la población, siga creciendo, porque, aunque ofrece algunos débiles elementos de recuperación de la economía, no supone ningún cambio en la política general llevada a cabo por Thatcher en los últimos tres años y medio.

Este es el juicio que ha merecido en medios de la oposición laborista, liberal y socialdemócrata el proyecto presentado esta semana en la Cámara de los Comunes por el canciller del Tesoro, sir Geoffrey Howe. El debate, seguido con apasionamiento por los británicos, se prolongará hasta el próximo lunes, aunque nadie duda de que el presupuesto será aprobado con una cómoda mayoría.Algunas tiendas y supermercados de Londres tienen todavía en sus escaparates los reclamos que colocaron a principios de semana avisando a sus clientes que se iban a presentar los nuevos presupuestos y recordándoles que subirían los precios de algunos productos de consumo corriente. Los comerciantes no se equivocaron, porque el mismo día en el que Howe presentó su plan subieron el precio de la gasolina ocho pesetas galón (cuatro litros y medio), los cigarrillos (de seis a cuarenta pesetas), la cerveza y la sidra (dos pesetas), el vino (diez pesetas por botella), el jerez y oporto (catorce pesetas) y los licores (cincuenta pesetas).

La primera reacción del consumidor británico quedó diluida ante el anuncio de que, al mismo tiempo, el Gobierno conservador aumentaba el umbral a partir del cual hay que pagar impuestos. Un hombre casado puede ahorrarse ahora unas cuatrocientas pesetas a la semana y casi un millón y medio de británicos dejará de presentar declaración de renta. El mal trago de los nuevos precios pasó también más suavemente porque la familias con hijos pequeños han visto incrementados sus subsidios en un 11 %, bastante más que el índice de inflación.

Entre unas cosas y otras, el Tesoro reduce los ingresos por impuestos en unos 2.250 millones de libras esterlinas, pero esta reducción es menor de la inicialmente prevista. Thatcher y Howe han tenido que echarse para atrás en sus proyectos iniciales (más de 3.000 millones de reducción) porque sus ingresos por la venta del petróleo del mar del Norte serán menores. Aun cuando el Reino Unido no declare la guerra contra la OPEP, el crudo británico habrá bajado de precio entre enero y marzo de este año en, como mínimo, 3,5 dólares barril.

Estas novedades, afirma la oposición, están destinadas a calentar el ambiente para unas elecciones generales anticipadas (junio u octubre), pero no van a ayudar al relanzamiento de la industria británica ni menos aún a reducir el alto índice de desempleo. "Geoffrey Howe es un mago para dar con una mano lo que te ha quitado antes con la otra", se quejaba en el Parlamento un diputado laborista.

El canciller del Tesoro ha presentado como novedad el aumento del 5% en el subsidio de paro, cuando lo redujo en esa misma proporción en noviembre de 1980.

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