'Ángeles sin brillo', penúltimo Sirk

Una semana antes de concluir el extenso ciclo dedicado a Douglas Sirk sin que hayamos podido comprender plenamente las razones de su buena fama entre tantos comentaristas, tenemos ocasión de ver una de sus obras más discutidas, Ángeles sin brillo, realizada en 1957 sobre la novela de William Faulkner, Pylon. Mientras consideran que el mundo del novelista no corresponde a la estructura melodramática, otros, como Jon Halliday creen que es "la mejor adaptación a la pantalla de cualquier obra de Faulkner, reconocida como tal por el propio Faulkner". También lo cree Sirk, que reconoce haber incluido elementos de cosecha propia en esta historia del periodista alcohólico que interpreta Rock Hudson, que se fascina por la vida de una pareja de aviadores acrobáticos y sobre los que quiere escribir un trabajo.Son los años de la depresión que, paradógicamente, registran una gran animación en los carnavales que se celebran en Nueva Orleans. No es éste un elemento menor sino uno de los que más interesó a Sirk, que había leído la novela en 1936 sin poder llevarla al cine, ya que los productores alemanes no compartieron con él su entusiasmo por el fimámbulo que vive tan peligrosamente. "Yo, en cambio", dice Sirk, "conozco muchas personas como él, siempre acechando a la vida, creyendo que va a escapárseles".

Ángeles sin brillo se emite hoy a las 22.00 por la segunda cadena.