El acuerdo sobre jornada partida en la banca provoca fuertes enfrentamientos entre los sindicatos

La firma del acuerdo sobre el convenio de banca entre CC OO y la Asociación Española de Banca Privada (AEB) ha llevado al enfrentamiento frontal entre los dos sindicatos con mayor representatividad en el sector, Comisiones Obreras (CC OO) y Unión General de Trabajadores (UGT). La primera de estas centrales entiende que el pacto -11,75% de subida salarial desde el primero de enero de 1983, cláusula de revisión y 350 pesetas de plus como indemnización por jornada de horario partido- era la única alternativa ventajosa a unas negociaciones bloqueadas. Mientras, UGT, que ayer convocó una manifestación de protesta, sigue considerando el acuerdo inaceptable.

El acuerdo está pendiente de la aprobación este fin de semana por los órganos de dirección de las organizaciones firmantes y CC OO lo vincula al resultado del referéndum que se ha de celebrar entre los trabajadores de banca, en la primera quincena de junio.Por su parte, UGT considera irrenunciable la actual jornada continuada y califica de inaceptable el plus de jornada partida (de ocho de la mañana a cinco de la tarde, con una hora intermedia para comer) para nueve meses del año. Para Justo Fernández, secretario de la UGT de banca, la jornada partida es una reivindicación de la patronal y nunca de un sindicato. La Federación Independiente de Trabajadores del Crédito (FITC), la tercera fuerza sindical en el sector, también se ha manifestado rotundamente en contra.

Estas dos últimas centrales han manifestado su oposición a la celebración del referéndum. Según Justo Fernández, éste va a ser manipulado por la patronal de un sector con 180.000 trabajadores, distribuidos en 15.000 centros de trabajo, y de los que un 33 % son jefes. CC OO ha propuesto, frente a la acusación de la central socialista de su no presencia sindical en 20 provincias, que sea el propio IMAC el que controle los resultados.

Si el referéndum resultara favorable, el acuerdo sería sometido a la aprobación de los demás sindicatos. De los 13 puestos de la comisión negociadora, CC OO y UGT cuentan con cuatro cada una, FITC, con tres, y con uno ELA-STV e INTG. Si UGT mantiene su actual postura hasta el final, CC OO precisa el apoyo de FITC y de ELA-STV o INTG para conseguir que el acuerdo llegue a tener eficacia general.

Por otra parte, unas 2.000 personas acudieron ayer en Madrid a la manifestación convocada por UGT de banca y CNT contra la imposición de la jornada partida y la celebración del referéndum. La manifestación partió de la glorieta de Bilbao a las 19.15 horas, con destino a la Gran Vía. Una pancarta con la leyenda "No a la jornada partida. Sábados a casa. Convenio digno, ya" iniciaba la marcha, que estaba presidida por el secretario general de UGT de Banca, Justo Fernández, y otros dirigentes de esta central y de CNT. Las acusaciones de traición dirigidas a CC OO y la repulsa ala jornada partida fueron los lemas más coreados.

José Manuel de la Parra, secretario general de banca de CC OO, aseguré ayer en el transcurso de una conferencia de prensa, que los inconvenientes de no comer en casa como consecuencia de la jornada partida se han visto compensados con el plus de 350 pesetas por día de jornada partida. "Pero además", dijo, "el acuerdo ofrece las ventajas de reducción de 119 horas de jornada anual, se consiguen los sábados libres (una vieja reivindicación del sector) y es un colchón frente a posibles reducciones de jornada". Con referencia a la oposición dentro del sindicato al acuerdo, declaró que una gran mayoría está a favor, que, aunque se habían producido bajas, muchos trabajadores de banca han solicitado afiliarse a CC OO.

Entre los argumentos barajados a favor del acuerdo destaca el que éste homologa a la banca española con los horarios que rigen en los demás países europeos, además España está situada ahora en un lugar intermedio con respecto a la extensión de la jornada.

La Federación de Banca de CC OO de Murcia, según informa Diego Vera, se ha mostrado contraria a la jornada partida, manteniendo así criterio opuesto al del secretario general en las negociaciones con la AEB.