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Insultos contra los ministros de Justicia e Interior en una manifestación policial en París

Alrededor de 1.000 policías se manifestaron ayer en París, y varios centenares en diversas capitales de provincias, coincidiendo con el entierro de sus dos colegas muertos por malhechores en pleno centro de la capital el pasado 31 de mayo. Al día siguiente, otro policía fue herido grave. Todo ello despierta el debate sobre la seguridad, que, a su vez, a través de las fuerzas del orden, enfrenta a la derecha con la izquierda gobernante.

Durante su desfile por las calles de París, la policía gritaba ayer en alusión al ministro de Justicia: "¡Badinter, a la cárcel; Badinter, asesino!". Los eslóganes alusivos al ministro del Interior, Gaston Deferre, no eran más benéficos para este último. Todo este abecedario policial es lo que el ministro de Justicia, Robert Badinter, calificó de "recuperación política del dolor".La explosión comenzó el pasado día 31 de mayo, cuando dos policías fueron asesinados por dos ladrones en las calles de París. Al día siguiente, otro miembro del cuerpo fue atacado de igual manera, y aún se encuentra en estado comatoso. Instantáneamente, los sindicatos de policía favorables a la oposición conservadora liberal lanzaron sus razonamientos al aire: "Lo ocurrido es consecuencia del fracaso de la política gubernamental en materia de seguridad". Esto, en boca de la policía, o de la derecha política, quiere decir lo siguiente: "Los socialistas han liberado a los delincuentes, a los terroristas o nacionalistas, han suprimido la pena de muerte, los tribunales militares, los tribunales especiales, y todo ello ha creado un clima de violencia que favorece hechos dramáticos, como el que acabó con la vida de los dos policías".

Las estadísticas dicen exactamente lo contrario: desde que llegaron los socialistas al poder, la justicia es más severa, ha habido menos liberaciones y, de manera más precisa, los policías muertos en acto de servicio durante estos dos últimos años suman 17, mientras que en losdos anteriores, cuando aún existían la pena de muerte y todos los tribunales de excepción, 30 policías fueron asesinados.

El líder de la oposición, Jacques Chirac, convino ayer que la culpa de los dos muertos no es del Gobierno, pero que es cierto que se ha creado "un clima de abandono que favorece la violencia". El ministro de Justicia, Badinter, estima que "la firmeza se practica, pero ella sola no resuelve las cosas. Los magistrados se ulceran cuando oyen que no cumplen con su deber. Las prisiones están superpobladas, la policía es fuerte y eficaz. Pero la justicia es pobre, una de la más pobres de Europa. El presupuesto de la justicia equivale a la quinta parte del de la Gendarmería".

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