El Covent Garden redescubre la versión original en francés, de 'Don Carlos'
El Covent Garden de Londres ha presentado la versión original -en francés- del Don Carlos de Verdi, redescubierta y reconstruida entre 1969 y 1974 por Andrew Porter, musicólogo inglés especializado en la obra del compositor italiano. A partir de los materiales que se habían conservado durante más de un siglo en el archivo de la ópera de París, Porter consiguió ensamblar todos los pasajes de la primera versión, que se daba por definitivamente perdida.
Esta inesperada edición es la que ahora ha presentado la Royal Opera House londinense. Cuando el tenor entona Je l'ai vue en lugar del habitual Io la vidi, hay una cierta sensación de desconcierto. Los conocedores de la obra de Verdi no pueden evitar ir traduciendo mentalmente al italiano los grandes momentos del Don Carlos, temas universalmente famosos en su versión italiana. Sin embargo, a lo largo de las casi cinco horas de representación se va imponiendo en la sala la sensación de que, fonética y musicalmente, este Don Carlos en francés posee una lógica inatacable.Es bien conocida la historia de la composición: la ópera de París encargó a Verdi una nueva producción con destino a la exposición universal de 1867. El músico, de entre todos los libretos propuestos, escogió el Don Carlos, de Schiller. Cumplía así Ver di una vieja ambición: la de crear una grande opera al estilo de Meyerbeer, dotada del peculiar humanismo característico de su obra. Las dimensiones y la dificultad de la partitura ocasionaron terribles conflictos durante los ensayos que precedieron al estreno, el 1 de marzo de 1867: Verdi suprimió arias y escenas completas para facilitar la representación. En 1883 y 1886, el compositor revisó drásticamente la obra suprimiendo el acto primero (Fontainebleau) y el largo ballet del acto tercero. Estas revisiones se hicieron en la misma lengua del estreno, en francés, aunque Verdi autorizó una traducción italiana para las representaciones en la Scala de Milán, en 1884.
Entre 1969 y 1974, Andrew Porter consiguió reconstruir todos los pasajes de la primera versión, que es la que ahora se ha estrenado. El Covent Garden ha aprovechado además la conmemoración de los 25 años de la puesta en escena que Lucchino Visconti concibiera para el teatro (en 1958 era un joven director llamado Giulini). Christopher Renshaw y Bill McGee han reconstruido el trabajo de Visconti, aprovechando incluso los bocetos por él ideados.
Las novedades musicales de este importantísimo revival son varias.
En el acto segundo, escena primera, por ejemplo, hay grandes diferencias melódicas y rítmicas con la versión italiana, salvo al comienzo (coro de monjes) y al final (dúo Carlos-Posa). En el acto tercero, escena primera, el preludio orquestal anticipa la música del auto de fe. Además es novedad un coro fuera de la escena con acompañamiento de castañuelas (ni siquiera Verdi pudo evitar el tópico), el dúo Elizabeth-Eboli con el cambio de atuendo entre ambas, y una arietta de Eboli en la que rememora la canción del velo del acto anterior.
En la escena segunda de este mismo acto, la procesión antes de la entrada del rey es más larga, y hay otras variaciones en el cuarto acto. Finalmente, en vez del precipitado final de la versión italiana, Verdi construye una larga secuencia coral que culmina en pianissimo, con repetición del coro de monjes del acto segundo, lo que muchos expertos consideran una conclusión infinitamente más lógica y efectiva.
Sólo un lunar empaña esta aventura de recuperación: es incomprensible que un teatro de la categoría del Covent Garden haya contratado para el papel protagonista a un emisor de sonidos como el vasco-francés Peyo Garazzi (absolutamente impresentable y que a pesar de los esfuerzos de Haitink casi hace naufragar la representación), máxime cuando a su lado actuaban cantantes tan competentes como Thomas Allen (Posa), Robert Lloyd (Felipe II), Livia Buda¡ (Eboli) y Stefka Evstatieva (Isabel de Valois).
Babelia
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