45.000 personas aplaudieron a Miguel Ríos en el primer concierto de su gira de verano
Unas 45.000 personas, de todas las edades y condiciones, asistieron el jueves por la noche, en el campo de fútbol de la Romareda de Zaragoza, al concierto de Miguel Ríos El rock de una noche de verano, con el que iniciaba la gira veraniega que realizará por 33 ciudades españolas. Nunca este campo de fútbol había registrado una entrada similar.
Los organizadores se vieron sorprendidos y hasta desbordados ante la respuesta masiva del público, muchachos casi niños, jóvenes y maduros, -también asistieron las primeras autoridades, el alcalde Ramón Sairíz de Varanda, el gobernador civil Ángel Luis Serrano, el presidente de las Cortes de Aragón, Antonio Embid, asicomo algunos concejales- que desde las 19.30 horas de la tarde, en que se abrieron las puertas del estadio, aguantó hasta las dos de la madrugada para presenciar y participar en el espectáculo que incluye la actuación de Miguel Ríos durante hora y media. De seguir en este ritmo la afluencia de público, los organizadores calculan que presenciarán El rock de una noche de verano cerca del millón de perso nas en los 35 recitales previstos. Al principio, el espectáculo era la propia gente que llenaba por completo el césped de La Romareda -lo nunca visto- y todas las gradas, menos las situadas detrás del escenario, poco a poco fue subiendo el tono del espectáculo con la actuación de Luz Casal, bastante nerviosa y distante, que tuvo el acierto de ser breve pero que no consiguió, por más que lo intentó, conectar con los presentes, que a esas alturas, las 22.00 horas de la noche, celebraba su propia fiesta sin atender demasiado al escenario. El comportamiento del público de Zaragoza fue modélico y casi hasta sorprendente en este tipo -de actos, si bien los camilleros de la Cruz Roja tuvieron bastante trabajo durante la noche para atender las lipotimias y mareos,Escenario de 46 toneladas
Antes de actuar Leño, grupo de rock duro, que sí logró conectar con el público, en dos pantallas gigantes se proyectó un vídeo con los pasos seguidos en el montaje del escenario, 46 toneladas de hierros y madera: Cada vez que aparecía en pantalla Miguel Ríos era coreado por el público que ya no cesó hasta verlo en el escenario. El grupo Leño, que posiblemente grabe un disco en directo con la gira, calentó el ambiente en espera del auténtico protagonista de la noche, Miguel Ríos.
El espectáculo se completaba, con un show de láser y la actuación de los funambulistas Los Bordini, que evolucionan sobre una moto que se desplaza por una alambre que diagonalmente cruzaba el campo de fútbol, constituyendo la parte más original de los prolegómenos a la actuación de Miguel Ríos.
El ídolo rockero apareció en el escenario sobre las doce de la noche y con un "buenas noches Zaragoza, estamos muy contentos de ofreceros El rock de una noche de verano", iniciaba su actuación, que duraría cerca de dos horas, a lo largo de las cuales interpretó sus canciones más conocidas de anteriores espectáculos y las del nuevo: Una balada, pequeños pasajes con música espirítual india, rompieron el ritmo trepidante de la noche. Miguel Ríos, que se entregó hasta vaciarse, evolucionando por el escenario con sus habituales piruetas atléticas, conectó plenamente con el público, que a su vez le correspondió coreando y bailando sus canciones.
El día anterior en una conferencia de Prensa el cantante había manifestado que la gira se montaba, al 50%, para él mismo y para el público, y resaltó la importancia que representa poder ofrecer un espectáculo con calidad de sonido, dos equipos de Miguel Ríos. 30.000 y 20.000 voltios, luz, imagen y puesta en escena y llevarlo allí donde no han tenido oca sión de verlo anteriormente.
La apoteosis final de la velada llegó con El himno a la alegría, coreado por todo el público, mientras que miles de lucecitas, velas y cerillas, se encendieron en el campo de fútbol y se quemaba una colección de fuegos de artificio. Afite las insistentes peticiones del público Miguel Ríos interpretó dos temas más. Sobre las dos de la madrugada el público que acudió a La Romareda fue desalojando en perfecto orden el campo de fútbol, satisfecho por el espectáculo que había presenciado. Y de Zaragoza a Burgos, donde actúa hoy, y luego a Valladolid, y -así hasta el día 5 de septiembre, final de la gira, en Barcelona.
Fernando Salabem*, que junto con Luis Rivera son los padres de la idea y quienes pusieron en contacto a la firma Kas y Miguel Ríos, aseguraba ayer que para el recital del martes en Madrid ya están vendidas casi todas las entradas. El rock de una noche de verano es la atracción de la temporada, algo más que un concierto de música, un fenómeno social.
Babelia
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