Las auditorías en entidades de crédito serán a partir de ahora un complemento a la labor inspectora del Banco de España
La superación de la crisis bancaria de los últimos cinco años permite que, en el futuro, la inspección del Banco de España sobre el conjunto de las instituciones financieras entre otra vez en el terreno de la normalidad y la periodicidad, manifestó Aristóbulo de Juan, director general del Banco de España, en la segunda jornada del seminario que sobre Crisis bancaria tiene lugar en la universidad Menéndez Pelayo. En este sentido, añadió Aristóbulo de Juan, la realización de auditorias externas de las entidades financieras debe comprenderse como un complemento importante para dicha labor inspectora. Todo ello siempre y cuando las auditorías externas estén bien realizadas y no ocurra lo que hasta ahora, en que "no son infrecuentes los casos en los que éstas llegan a dibujar situaciones diferentes a las detectadas por el Banco de España".
Aunque el director general del Banco de España no quiso concretar a qué casos se referían estas afirmaciones, lo cierto es que en algún banco en crisis se han detectado importantes diferencias entre lo mostrado en una auditoría y el resultado de la inspección del Banco de España; la situación descrita por esa auditoría era menos desfavorable que la presentada por el banco emisor. Aristóbulo de Juan dijo también en su intervención que de lo que se trata ahora es de ir comprendiendo mejor la situación de los bancos y que, para ello, tanto la inspección como las auditorías deben fijarse nuevos objetivos concretos a considerar.En el caso de la auditoría, después de señalar la distinta capacidad profesional de las firmas hoy existentes para llegar a conocer la situación de los bancos, el director general del Banco de España afirmó que o se produce una criba entre las propias empresas especializadas a través del registro o de cualquier otro mecanismo, o el Banco de España tendrá que decidir qué empresas le parecen solventes para realizar estos trabajos.
La inspección del Banco de España se fija, por su parte, en la actualidad, cinco objetivos básicos: la valoración de los recursos propios de los bancos, la de sus activos, la introducción como elemento de análisis de la situación de un banco, el estudio del equipo de dirección existente -influido en ello la designación o no de sucesores en las distintas casas-, la obtención de berieficios y, por último, el estudio de la cuenta de resultados y la situación de liquidez de las instituciones financieras.
La detección de la crisis
Los problemas derivados de la actividad internacional de los bancos españoles tratan de ser comprendidos a partir de las inspecciones en el extranjero que ya se han comenzado a realizar y de la obligación de que las auditorías de los bancos incluyan en sus balances la situación de las filiales y sucursales existentes en otros países. La inspección del Banco de España trata, en definitiva, de discernir la calidad del banco analizado.Rafael Bermejo, presidente del Banco de Levante, uno de los dos que aún permanece en el Fondo de Garantía de Depósitos, diseñó los mecanismos con los que el Fondo y el Banco de España contaban para detectar la situación de crisis de la entidad que le pudiera llevar a ser íntervenida. En su opinión, existen tres mecanismos para llegar a ello: una actuación desmesurada en el mercado monetario por parte de dicho banco para tratar de solucionar los problemas de liquidez que tenga planteados; la inspección del Banco de España o la propia llamada de auxilio por parte del banco en crisis.
Esta última alternativa no se suele plantear hasta que la situación es tan grave que la suspensión de pagos está a las puertas de la entidad, lo que hace prácticamente imposible evitar el importante deterioro que suelen sufrir estos bancos. Mientras no se produce esta llamada al Banco de España, se suele seguir engordando la pelota interna manteniendo balances hinchados, no reconociendo la morosidad de buena parte de las sociedades del grupo y utilizando -la liquidez que proporciona la ventanilla de los bancos para poder mantener su nivel de actividad.
Ante los planteamientos de una posible disolución del Fondo de Garantía, dado que la crisis bancaria habría terminado con la expropiación de los bancos de Rumasa según la mayoría de los expertos, Rafael Bermejo negó tal posibilidad afirmando que la vida media de los activos que aún se encuentran en poder del Fondo es entre seis y nueve años. Los anticipos que el Banco de España ha tenido que hacer al Fondo de Garantía a cuenta de las cuotas futuras a satisfacer por el propio Banco de España y la banca privada, exigen, también, que se mantenga la estructura del Fondo para que estos anticipos puedan ser reintegrados.
Alejandro Albert, presidente del Hispano Americano, Alfredo Lafita, vicepresidente ejecutivo de la Banca March, y Pedro de Toledo, consejero delegado del Banco de Vizcaya, expusieron su visión particular, como bancos compradores de otras instituciones en crisis, de la función del Fondo y de la propia actuación de los bancos compradores.
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