Luis Buñuel recibe en Galicia el homenaje a su genial contribución a la cultura
"¡Hace dos años que no escribo cartas; para enviaros ésta he tenido que utilizar gafas especiales con focos luminosos!" Así, con ese sentido del humor que nunca le abandonó, explicaba Luis Buñuel su estado físico y la imposibilidad de un desplazamiento, en carta enviada a los organizadores del seminario Heterodoxia, moral social y literaria, que se inauguro ayer en el Pazo de Mariñán de La Coruña, en el marco de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, coincidiendo con la noticia de la muerte del genial aragonés, a cuyo carácter heterodoxo y a cuya contribución a la cultura se ha rendido un homenaje.
En la noche de hoy, miércoles, los asistentes al curso se reunirán alrededor de una queimada, sustitutivo ancestral y autóctono del martini buñueliano, que él llamaba "vino de los clásicos". Uno de los estudiosos de Buñuel, Víctor Fuentes, que en el seminario expondrá el tema de El romanticismo exaltado, prepara una breve elegía para ser leída en este homenaje nocturno y surreal.La identificación de este seminario sobre heterodoxia que reúne a especialistas españoles y latinoamericanos con la figura de Luis Buñuel se debe a razones evidentes.
Como decía Rodríguez Puértolas, director del encuentro, "Luis Buñuel es el principal heterodoxo del siglo XX español", o como explicaba Iris Zabala, siguiendo el esquema expuesto ayer por la mañana por Carlos Romero, "Bufñuel atacó en profundidad las tres marías impuestas por el franquismo: educación física, educación religiosa y formación del espíritu nacional".
Los hábitos que impiden la heterodoxia
Difícilmente -añadió- un régimen coarta los tres hábitos que generan heterodoxia, el sexual, el espiritual y el político, y aquí se dio esa trilogía represiva, lo que no deja de ser una trayectoria histórica bastante hispana".
Aunque la mayoría de las ponencias que se debaten en Mariñán tratan del devenir histórico de la heterodoxia, los coloquios y las intervenciones posteriores derivan hacia una incursión mucho más actual y vital en esa caja de avalorios que es lo "heterodoxo". Julio Vélez no dudaba en afirmar que estamos asistiendo a la institucionalización de una "heterodoxia oficial, una heterodoxia de marketing, hasta el punto de que si no eres heterodoxo, entre comillas, no publicas".
Y se habla de esta tendencia contemporánea incluso con pelos y señales. Por ejemplo, para Ricardo Domenech, "Arrabal está en el Mercado Común desde hace bastante tiempo".
En el marco de esta búsqueda de la identidad heterodoxa, entre lo semiótico y lo más profundamente moral, Iris Zabala apuntaba una posible conclusión radical: "Lo heterodoxo, en la literatura escrita, es cambiante, se va definiendo según los parámetros históricos, y llega el momento en que es neutralizado, por integración del sistema o porque las nuevas generaciones van mucho más adelante; el absoluto antioficial es el silencio total, como ocurrió con el poeta que inspiró a Valle-Inclán en Luces de bohemia".
La relación entre lo político y lo cultural vuelve a ser tratado, aunque esta vez sea en aulas de verano y desde una perspectiva de exploración renovadora y no coyuntural.
La autocrítica de la izquierda
Para Domenech, "la izquierda española no ha tenido valentía para afrontar una autocrítica en materia cultural; durante décadas se ha cansado de mostrar ciertas palabras con valor mágico de exconjuro, pero no ha sabido revitalizar la utopía dentro de circunstancias nuevas, en algún caso muy nuevas".
La recuperación masiva de elementos culturales ha sido uno de los pocos avances, según Julio Pérez, aunque la profesora Iris Zabala matiza con ironía: "Al elemento lúdico se le ha añadido el elemento púdico, las izquierdas en este país son absolutamente puritanas".
No obstante, en Mariñan ha habido coincidencia de la valoración de un hombre y un artista que, en los límites de la coherencia heterodoxa, formuló el deseo de ser completamente fulminado en el futuro: Luis Buñuel.
Luis Buñuel "fue un heterodoxo total", resumía uno de los participantes en el seminario-, "luchó contra los fantasmas que vienen tullendo nuestra historia y jamás tuvo miedo a la aventura estética".
Babelia
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