Pagar con comida
La Declaración Universal de Derechos Humanos proclama que "toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo" (artículo 23). Y prosigue dicho artículo: "Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria que le asegure, así como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana...". Basta. Decididamente, el Ayuntamiento de Matadepera (Barcelona) no considera a los vagabundos personas, pues no son dignas de "una existencia conforme a la dignidad humana". Pretende el consistorio pagar el trabajo de los vagabundos con un plato de comida. ¿Justo? ¿Equitativo? ¿Qué manera de reinsertarlos en la sociedad es ésta que los hace sentirse diferentes desde un principio? ¿O acaso el excelentísimo ayuntamiento no ha pensado nunca en una verdadera reinserción y lo único que pretende es quitar, apartar de la calle, una nala impresión para el turismo, al tiempo que hace trabajar a esta mala impresión para la comunidad, la buena comunidad, la comunidad normal, los que han tenido la suerte o la osadía sin escrúpulos de caer a este lado de la raya?Nuestra España de 1983 se halla completamente segura de que todos sus ciudadanos sestán en las mismas condiciones de partida para no caer en la indignidad de ser un pordiosero y, por ello, va ofreciendo segundas oportunidades a esa mano de obra barata para que pueda integrarse temporalmente a la dignidad de trabajar por un plato de comida. ¿Sé trata de un nuevo sistema de fumigación moderna de nuestra civilización? /
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