Isaac Shamir intenta reconstituir la coalición de Gobierno en Israel tras vencer en las elecciones internas del Herut

La significación política de la victoria del ministro israelí de Asuntos Exteriores, Isaac Shamir, sobre el viceprimer ministro, David Levy, en la carrera para suceder al primer ministro, Menájem Beguin, aparece como un triunfo del aparato del partido y de la vieja guardia del Herut, partido de Menájem Beguin, mayoritario en el Likud y en la coliación de Gobierno. El resultado (463 votos contra 302) refleja el diaro deseo de continuidad y el miedo a lo desconocido que existe entre los miembros del Comité Central del Herut, en el que casi el 60% de los cuales prefirieron al compañero del viejo halcón Menájem Beguin frente al joven lobo David Levy. Isaac Shamir intenta ahora reconstituir la coalición de Gobierno.

"Un grupo de los partidarios conocidos de David Levy, originarios como él mismo del norte de África, dudaron en el último momento en dar el poder a un hermano que ellos creían en su fuero interno menos capaz que Shamir -el detestado ahkenazi de origen polaco, pero también respetado- de dirigir el país", ha declarado a este periódico un diputado del Herut, de origen europeo, que sostuvo hasta el final, a avid Levy. "Sin estas condiciones, Shamir no habría odido obtener jamás una mayoría tan fuerte", agregó.Por otro lado, la victoria de Shamir es igualmente la del continuismo de la línea dura frente a los, palestinos y la colonización de los territorios ocupados.

Los tres diputados del partido Tehiya (anexionista a ultranza) han expresado ya su satisfacción por la decisión del Comité Central del Herut y han anunciado simultáneamente que ahora "el camino hacia la modificación de la antigua coalición está abierto", según declaró la diputada Geula Cohen.

Los descontentos

Por el contrario, el partido Tami, que cuenta con tres diputados, está más bien descontento, puesto que a esta organización política de los hebreos de origen oriental le hubiese gustado que David Levy hubiese vencido en la batalla, dado que es sefardí como ellos y más partidario de mejorar la situación social de las capas sociales de la población menos favorecidas que de acelerarla colonización israelí, que se está tragando- miles de millones que podrían ser mejor utilizados. "Si no se encuentra una solución equitativa a los problemas sociales y económicos, el Tami abandonará la coalición", acaba de declarar el ministro de Asuntos Sociales, Aharon Uzan.

"Mi objetivo fundamental en tanto que primer ministro será llegar a un acuerdo sobre el problema de Líbano para que se pueda repatriar a nuestros soldados, si bien hay que asegurar la paz y la tranquilidad a las comunidades israelíes establecidas en la región fronteriza del norte", declaró ayer por la mañana, Isaac Shamir al diario hebreo Maariv.

Shamirha, comenzado ya las consultas en vista de la reconstitución de la coalición gubernamental, apoyada, según él mismo desea, por 64 diputados.

Pero nada parece seguro a este respecto, dado que cinco diputados de la coalición -tres del Partido Liberal, entre ellos el presidente del Parlamento israelí- han constituido un grupo político de presión y declarado que sólo apoyarán a un gobierno de unión nacional que integre tanto al Likud como al Frente Laborista.

De mantener esta postura, se paralizarían los esfuerzos de Shamir para formar una nueva coalición idéntica a la precedente, pues sin estos cinco diputados el futuro primer ministro no contaría más que con 59 escaños de los 120 que tiene el Parlamento.

Si Shamir no pudiese contar con una mayoría que apoyase su Gobierno, se verá obligado a entablar una larga negociación con Shimon Peres para crear un eventual Gabinete de unión nacional, siempre que los laboristas estén de acuerdo en aceptar esta fórmula.