El éxito del 'vídeo-rock' como genero autónomo
El Festival de Vídeo de San Sebastián congregó en la madrugada del domingo alrededor de 1.500 jóvenes -según certifican las entradas vendidas a razón de 200 pesetas y cuya recaudación íntegra será enviada como ayuda para la reconstrucción de la Biblioteca Municipal de Bilbao-, que contemplaron durante tres horas y cuarto un programa dedicado exclusivamente al vídeo-rock.San Sebastián ha seguido la pauta de otros festivales al presentar como menú para el público joven el único producto del vídeo que ha irrumpido en el mercado internacional como el negocio más poderoso del sector. Son los clips, programas de promoción de las casas discográficas que han encontrado su mejor cómplice y aliado en las emisoras de televisión, tanto públicas como privadas, incluida la española.
Los tentáculos de las multinacionales del cine, del disco y vídeo discográfico alcanzaron este mismo año al organigrama socialista de los servicios informativos de TVE al colocar sus mercancías en informes y otros espacios diarios y semanales. El festival presentó un resumen del programa elaborado por Lorenzo Biandá para la televisión pública italiana, RAI, y que ya se exhibió en el pasado festival de vídeo de Locarno (suiza).
El vídeo-rock es en realidad un producto híbrido, ya que en el 90% de los casos se trata de programas filmados en soporte cinematográfico y transferidos después a vídeo para someterlosal tratamiento del chromakey, colorizadores y a todo el repertorio de efectos especiales que ofrecen los manuales del fabricante de mesas de mezcla y edición.
A la imaginería propia del rock se suma aquí la estética de neón de los escaparates urbanos, el comic, el cine y el lenguaje de la publicidad televisada para ilustrar con una historieta de impactos visuales los tres minutos del sonido en disco. La agresión con planos picados y los movimientos frontales del actor hacia la cámara para sacarle a las lentes el máximo tolerable de aberraciones ópticas, forman parte del código de estos espectáculos que, dicen algunos, son más fascinantes que los recitales en vivo y que han creado un género autónomo dentro del vídeo.
La afluencia de público a este océano enlatado de imágenes y sonidos rock contrasta con las sesiones del viernes y sábado, dedicadas al vídeo y la enseñanza y a las que apenas asistió medio centenar de personas. Antes del rock se expusieron los vídeos para la enseñanza del euskera realizados por la pareja Itxaropena Martínez de Lecea y Alberto Albaizar, expertos en marionetas, y por Imanol Urbieta y el grupo Xirula Mirula. Vídeos primarios, simples, casi sin efectos especiales, realizados para niños a partir de los tres años.
Babelia
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