Fracasa la 'minicumbre' africana de la OUA para preparar el referéndum del Sáhara
De nuevo el conflicto del Sáhara Occidental se encuentra en el más profundo de los atolladeros diplomáticos, al haber fracasado ayer, inesperadamente, la minicumbre de la Organización para la Unidad Africana (OUA), que intentaba, en Addis-Abeba, reunir a las delegaciones marroquí y saharaui para negociar la preparación del referéndum de autodeterminación en la antigua colonia española. La representación del Reino de Marruecos, dirigida por el príncipe heredero, Sidi Mohamed, rechazó de plano la presencia de los delegados saharauis.
Después de tres horas de infructuosos esfuerzos para reunir en tomo a la misma mesa a las delegaciones marroquí y saharaui, el comité especial de la sobre el Sáhara Occidental constataba el fracaso de su misión y decidía aplazar sus trabajos sin fecha determinada, luego de haber aprobado una declaración de prensa en la que se señala que el jefe del Estado etíope, coronel Mengistu Haile Marian, proseguirá sus esfuerzos para aplicar la resolución sobre el Sáhara Occidental de la última cumbre africana, en la que se pide a las dos partes beligerantes iniciar negociaciones para cesar las hostilidades y preparar el referéndum antes de finales del presente año.El secretario general interino de la OUA, Peter Onu, rendía cuentas a los ínformadores de lo ocurrido en la reunión del comité, en la que participaba también un alto funcionario de la ONU, el secretario general adjunto para Asuntos Políticos Especiales, Abderraham Farah.
El comité había elaborado una fórmula de compromiso para soslayar la sensibilidad de la representación marroquí, que rechazaba dialogar directamente con el Polisario. Esa fórmula, puesta a punto durante la gira celebrada por varias capitales magrebíes, en julio pasado, por una delegación compuesta por el ministro etíope de Exteriores, Goshu Wolde, y el citado Peter Onu, preveía que marroquíes y saharauis tomarían asiento ante la mesa de reuniones sin dirigirse la palabra. El Frente Polisario mostró su conformidad con tal compromiso, pero no fue posible lograr el acuerdo de la delegación marroquí en sendas entrevistas, por separado, mantenidas por el coronel Mengistu.
Dos horas antes de abrirse los trabajos de la minicumbre -en la que participaban los presidentes de Etiopía, Guinea, Sierra Leona y Tanzania, en unión de los ministros de Relaciones Exteriores de Malí y Nigeria y un enviado especial del presidente de Sudán-, la delegación marroquí informaba a los reunidos que no reconocía la representatívidad del Polisario y, como consecuencia de ello, no se sentaría en torno a la misma mesa en que estuvieran los saharauis.
Un afligido Peter Onu declararía luego que, ante este rechazo, el comité había constatado su incapacidad para proseguir sus deliberaciones, aun cuando constataba que el Polisario, representado por su secretario general, Mohamed Abdelaziz, se había plegado a la fórmula de compromiso.
El rechazo marroquí, fundamentado en el temor a verse en vuelto, a pesar suyo, en un calendario preciso de negociaciones con los índependentistas saha rauis, pone el reloj del conflicto del Sáhara en la posición de bloqueo en que se encontraba en 1981, cuando, en el marco de la cumbre celebrada ese año en Nairobi, el rey Hassan II declaraba que no se opondría a la celebración de un referéndum, pero que éste tenía que ser de "confirmación de la marroquinidad del territorio", y, de todas faimas, no reconocería la representatividad del Polisario.
Ayer el jefe de la diplomacia marroquí, Mohamed Buceta, justificaba el. profundo viraje dado por Marruecos con relación a lo decidido en la cumbre de Addis-Abeba, en julio pasado, cuando por primera vez se nombraba al Polisario como parte interesada en el conflicto.
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