Yves Montand: "Reir es muy importante en la vida"
El cantante y actor francés abrió las sesiones de la Mostra de Cinema Mediterrani en Valencia
El actor y cantante francés Yves Montand esta vez también llegó a España por avión desde París, como en 1975, año en que trajo una petición de indulto para cinco condenados a muerte apoyada por Regis Debray, Foucault, Sartre, Malraux y otros. Pero en esta ocasión, ocho años después, al pisar de nuevo el asfalto de una ciudad española dejó bien clara su misión: "Evitaré en España manifestarme en temas políticos". Su presencia en Valencia para corresponder al homenaje de la Mostra de Cinema Mediterrani sólo tiene una pretensión, celebrar "la fiesta y la gran alegría de volvernos a encontrar", libres de ataduras.Montand, 62 años, mostró durante la densa conferencia de prensa que ofreció a su llegada, la madurez del actor que elige su trabajo a partir de su propia identidad, sin dejarse arrastrar por papeles sociales previamente determinados. Esa libertad. le permite decir hoy: "Es necesario pararse, para reencontrarse a sí mismo", y dedicar los dos últimos años a cantar por el mundo, sin que suponga un abandono definitivo de la pantalla. Desde esta independencia se permite expresar "me gusta mucho la voz de Julio Iglesias", y a continuación añadir: "A menudo, ustedes son muy severos con él por razones extraprofesionales".
El protagonista de la trilogía de Costa-Gavras, La confesión, Z y Estado de sitio, reclama un juicio abierto de sus seguidores para que no identifiquen exclusivamente su carrera cinematográfica con su actuación en filmes que causaron conmoción política en su momento. Bajo la mirada de Jorge Semprún, que le acompaña en su estancia en Valencia, Montand reconoció haber elegido siempre películas interesantes y haber contado con el apoyo de personas como Costa Gavras, Resnais, Semprún, que le ayudaron enormemente. "Pero creo que no es siempre bueno hacer filmes serios. Reír, el humor, también es muy importante en la vida. A veces es preciso hablar de cosas agradables".
Conviene no encumbrar la influencia del cine en la sociedad, especialmente en la época actual sometida al bombardeo persistente de la imagen de la televisión y del vídeo. "Ni un libro ni un filme pueden transformar la sociedad", asegura Montand, "pero pueden abrir los ojos a las personas. Esto es suficiente. Es muy presuntuoso hablar de misión, de la fuerza del cine. Sobre todo hoy, con la fuerza de la imagen de la televisión".
Violento, tierno, sereno
Su filmografía refleja la complejidad de la vida y de los papeles que cada uno representa. El antihéroe de Círculo rojo, el comediante de El multimillonario, el vitalista de Vivir por vivir, el actor de novela negra de Compartiment tueurs, son una polifacética reproducción de las constantes que configuran la vida cotidiana de nuestro tiempo. "Somos violentos, tiernos, guerreros, sabemos que somos todo esto al mismo tiempo. Un comediante es reflejo de todas estas cosas".
El comediante, el cantante, el actor, tiene la suerte de comunicar con la gente para realizar el deseo frustrado del espectador. Así explica Montand su vuelta a la canción, que abandonó temporalmente en 1968, por la pasión de "comunicar con la gente" y transmitir "lo que hubiera querido hacer" el espectador que goza cuando las luces de la sala se apagan y surge la sorpresa del escenario, para retomar de nuevo su gesto inexpresivo y anónimo una vez acaba el espectáculo y el patio de butacas se llena de rostros de la calle.
Montand, continuador de la tradición francesa de Maurice Chevalier y Charles Trenet, y destacado miembro de la generación de Leo Ferré, Jacques Brel, Charles Aznavour, Edith Piaf, acepta la hegemonía irreversible de la música rock y el rincón nostálgico que se reserva a los maestros de la canción francesa. "El rock es casi un movimiento. internacional, es la internacional de la juventud. Creo que esto está muy bien, ya que los jóvenes, se comprenden a través de la música. Nosotros permanecemos como testimonio de la belleza de la lengua francesa expresada a través de la canción".
Sobre política y nostalgia
El actor francés expresó con claridad su deseo de no entrar en temas políticos, pero la pregunta del corresponsal de una agencia francesa de noticias le obligó a olvidarse por un momento de esta pretensión y exponer claramente su consideración de la mortal agresión de la Unión Soviética a un avión surcoreano, que para Montand había sido una actuación "abominable e inadmisible" por parte de Moscú. Su indignación, ante este incidente internacional, que en su opinión podía desencadenar la tercera guerra mundial, no había tenido sin embargo una respuesta contundente por parte de los países occidentales, como si no hubiera pasado nada. Montand preguntó si esta falta de reacción en la calle y en los países europeos hubiera sido la misma en el supuesto de que el incidente lo hubiera provocado Reagan.
Yves Montand, que lucía una corbata negra incorporada a un traje oscuro impecable, no ocultaba su incapacidad para asumir la revolución tecnológica que ha sacado la película de la amplia pantalla del cine para incorporarla a la manipulación privada del vídeo. "Algo de misterioso y tierno se ha perdido", señala, respuesta que evoca el título del libro de Simone Signoret La nostalgia no es ya lo que era. Sobre, este trabajo literario de su esposa destacó su dificultad para escribirlo en un estilo que reflejara el ritmo coloquial, en el que "las cosas ruedan con normalidad".
Babelia
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