La música de Falla, con la Orquesta Nacional de España, dirigida por López Cobos, conmemoró el Día de la ONU

En el gran salón de reuniones de la Asamblea General de la ONU, el Coro y la Orquesta Nacionales de España interpretaron, en la noche del pasado lunes un amplio programa de música española, todo él ocupado por obras de Manuel de Falla, con motivo de celebrarse el Día de la ONU. Las partituras escogidas fueron la segunda suite de El sombrero de tres picos, Las noches en los jardines de España -con Alicia de Larrocha- y la ópera La vida breve, con Montserrat Caballé, José Carreras y el cantaor flamenco José Menese. Dirigió el conjunto Jesús López Cobos.

Fue una noche de "inequívoco fervor patriótico". El escuchar a la Orquesta Nacional de España (ONE) tocar las maravillosas composiciones de Falla en el hemiciclo de la ONU, en medio de la atención y el respeto de los delegados, no podía dejar impasible a hispano alguno. Con estimulante acierto de buen conocedor musical, el secretario general de la organización, Pérez de Cuéllar, subrayaba en su discurso la condición de exiliado del Falla final, precisamente en el día de las Naciones Unidas y de la conmemoración de la declaración de derechos humanos.El eslogan bromista "la ONE a la ONU" carecía de sentido: frente a tantas voces que en las últimas semanas clamaron contra el viaje a Nueva York de la Nacional, pudimos constatar lo acertado de la decisión oficial del ministerio de Cultura al aceptar la invitación de la ONU. Precisamente la televisión americana, que transmitió el concierto por el canal 13 -24 horas después de la emisión de la gala del Metropolitan-, subrayaba la importancia del viaje en exclusiva para las Naciones, Unidas.

La Orquesta Nacional tuvo ayer una de sus mejores actuaciones, en previsible -anticipo de lo que puede significar para la agrupación la ya inmediata etapa López Cobos. El arranque del concierto no fue excesivamente, brillante: la Danza de los vecinos, de la suite de El sombrero de tres picos, se tocó con timidez, y el comienzo de la Farruca acusó falta de empuje;_pero, a partir del solo del corno inglés -Ángel Beriaín, justamente destacado por López Cobos-, la danza se transformó en una exuberante exhibición rítmica para enlazar con una arrolladora jota final, con soberbias prestaciones, percusión y trompa, de los siempre eficaces Llacer v Colmenero.

Un dúo inspirado

Las Noches en los jardines de España entran dentro del terreno de la antología, con una actuación diamantina de Alicia de Larrocha en plena noche de gracia interpretativa, y un acompañamiento mágico de López Cobos. Éste abordó un tratamiento absolutamente de bussysta, pero buceando en el mundo del Debússy de Pelléas cargado de sombras y de luces más presentidas que vistas: no en vano López Cobos prepara su primera interpretación de la ópera debussyana para el mes de noviembre, en Ginebra.Es obligado encabezar la referencia a La vida breve con la cita de Monsterrat Caballé: no he olido, desde hace mucho tiempo, una actuación tan extraordinaria a nuestra soprano. En las Naciones Unidas, cantó la Caballé de las mejores épocas, en pleno control de todos sus recursos vocales. La suya fue una salud conmovedora, cargada de ternura y humanidad, con un momento estremecedor, aquél en que retoma -al final de la obra- la célebre copla de origen, Malhaya la jembra pobre.

José Carreras, en un papel que le viene pequeño, Paco, compuso un inspirado dúo con Caballé, mientras que el flamenco José Menese fue la genuina voz y estampa del cantaor, tal como Falla pudo haberlo imaginado. López Cobos buscó aquí una lectura verista, de tremendo dramatismo -por ejemplo, en el interludio coral-orquesta, al final del acto recordándonos que la de Falla es la primera ópera de nuestro siglo que habla de explotadores y explotados. El Coro Nacional, a lo largo de la interpretación de la obra, mostró una óptima forma, con total ductibilidad para ir desde el susurro al grito.

Reuniones del ministro

El ministro de Cultura, Javier Solana, informa Soledad Alvarez-Coto, que elogió el concierto y el nivel internacional de la música española, se mostró satisfecho por las reuniones que había mantenido en Nueva York con profesores e intelectuales españoles y con los representantes de la industria cinematográfica norteamericana. En esta última reunión se discutió sobre el tema de las licencias, el doblaje, el apoyo norteamericano a la industria española de producción, las cuotas de pantalla y la expansión del nuevo cine español en el mundo, y en especial en el mercado de Estados Unidos.Los asistentes acordaron, a propuesta del ministro español, celebrar una próxima reunión a un nivel más internacional, en la que intervendrán políticos y cineastas de los países europeos, y en la que se discutirá un posible acuerdo que albergue "un mayor entendimiento y comprensión entre los países reunidos y las directrices comerciales y culturales de las grandes compañías norteamericanas que se agrupan en la Motion Picture Export Association of América", según el comunicado hecho público al final de la reunión.