Maniobras
Cincuenta periodistas británicos han sido enviados a la República Federal Alemana para que informen sobre un ensayo de guerra nuclear. Espléndido.Yo voy a pedirle al modisto de Carmen Romero que me prepare un tailleur de amianto con chichonera a juego y ropa interior de caucho boatiné, y me voy a ir a la RFA para participar en las maniobras de tercera guerra mundial para periodistas de los países miembros de la OTAN, que se están celebrando por allí. Digo yo que bien vestida, equipada con unos jabuguitos por si se acaban las salchichas, y con el botiquín de la Señorita Pepis contra armas bacteriológicas, conseguiría uno de esos éxitos informativos que marcan época.
Es una gran idea que el Reino Unido ha puesto ya en práctica, aunque la verdadera pena es que no nombren a la Thatcher periodista de honor para poder enviarla seguidamente, con los reporteros británicos, a cubrir tan suculenta información. La primera ministra, además, iba a precisar escasísimos avios, habida cuenta de que," con los rulos puestos y simplemente sonriendo, cualquier arma, hasta los gases neurotizantes, se batiría en vergonzosa retirada.
Ya me veo, y no me creo. Oficiales rugiendo -que vienen los rusos, que vienen los rusos- y mis compañeros, hechos un paralís, por las esquinas, convertidos en puritita presa de la guerra química, o rascándose ignominiosamente tras haber sido ametrallados por la sarna y el piojo verde. Y yo, reptando por los suelos con un bolígrafo Bic entre los dientes. De pronto, brrrussss, consigo abrirme paso entre un grupo de colegas babeantes que ya han cogido el trauma posconflicto nuclear. Cruzo pasillos inmunizados, alcanzo el despacho donde se han encerrado los jefazos del invento para discutir si siguen con la broma o mandan a los supervivientes a casa, tras rueda de prensa y cóctel.
Y entonces descubro la razón del simulacro:
-Lo hemos conseguido, Otto.
-¿De veras, Johnny?
-Este es mucho mejorrr que el sistema Vinaderrr, que sólo los liquida de uno en uno, y encima prrrotestan.
Lo que vengo diciendo, un auténtico alarde informativo. Y de paso me entero de lo que valen unos cuantos protones.
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