La Unión de Telecomunicaciones intentará ordenar en Ginebra el caos de las ondas cortas
Durante las tres últimas décadas la radiodifusion por ondas cortas ha crecido de forma espectacular. La programación también se ha multiplicado vertiginosamente, y hoy día es perceptible una cierta saturación del espectro de las radiocomunicaciones. En la actualidad, y según cifras de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), por lo menos 150 de los 158 países miembros de la organización poseen estaciones propias, con más de 1.600 transmisores. En 1982 el número dé horas por frecuencia utilizadas diariamente para la radiodifusión en onda corta sobrepasaba ampliamente las 25.000. La UIT ha convocado una conferencia administrativa mundial para poner fin a esta situación, cada vez más sobrecargada y caótica.
La conferencia tratará de elaborar, hasta el 10 de febrero, criterios técnicos para "redistribuir y planificar" mejor el espectro de frecuencias radioeléctricas, que se sitúa entre los 5.950 y los 26.100 kilohercios. En este intento de planificación deberán tenerse en cuenta las necesidades nacionales e internacionales de cada país en materia de radiodifusión, a fin de no menoscabar la soberanía de cada Estado, garantizando un reparto equitativo y armonizando las solicitudes, necesidades y exigencias de cada país. Ésta es una tarea harto dificícil, dada la importancia política de las ondas cortas para muchos Gobiernos, que utilizan la radio como arma seudocultural e instrumento de propaganda ideológica. Ello explica, en parte, la guerra de las ondas que están librando el Este y el Oeste, con interferencias intencionadas sobre ciertos programas.
Cinco semanas
La sesión actual de la conferencia se prolongará durante cinco semanas, y en esta primera fase los participantes están interesados, sobre todo, en elaborar criterios técnicos que permitan utilizar después las bandas decamétricas de una forma más eficaz y, en la medida de lo posible, "óptima para el oyente". Para ello se han constituido varias comisiones de trabajo, y la encargada de redactar los textos cuenta, en esta ocasión, con un vicepresidente español, L. Chamorro Santacruz. Los otros cinco grupos se- encargan, esencialmente, de los aspectos financieros de la conferencia, la verificación de poderes y la presentación de conclusiones en plenario, además de la coordinación de los trabajos y, en fin, la planificación y el empleo de las bandas, la eliminación de las interferencias y la adopción de criterios que permitan a finales de noviembre de 1986, con motivo de la segunda fase de la conferencia, la asignación definitiva de las frecuencias.
Participación española
La delegación española en la conferencia está encabezada por el director general de Medios de Comunicación Social, Francisco Virseda Barca, quien en una conferencia de prensa sostuvo que España tiene intención de mejorar los servicios de radiodifusión para que los emigrantes en particular puedan escuchar mejor Radio Exterior. También es propósito del Gobierno procurar ampliar el número de frecuencias, pero "la situación actual", dijo, "tampoco es tan mala"."Los esfuerzos están orientados más bien hacia la radiodifusión en onda media y frecuencia modulada. La renovación de equipos para mejorar las emisiones hacia el extranjero es muy costosa, y antes habrá que ver lo que ocurre con la banda unilateral única", advirtió, "y ver hacia, dónde se inclina la conferencia y qué métodos se adoptan de cara al futuro".
Después de recordar que la política en materia de radiodifusión está en manos del Ente Público Radiotelevisión Española, Virseda señaló que por el momento ninguna de las cadenas existentes había manifestado un interés particular por las ondas cortas.
De pasada, y al evocar el problema de la televisión privada, Virseda sostuvo que el objetivo principal en estos momentos es extender las opciones de televisión, cerrar el ciclo de los canales autonómicos, y después, a medio plazo, y teniendo en cuenta ciertas declaraciones, posiblemente, la televisión privada se convierta en realidad.
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