El inocente salvaje
En 1960 realizó Nicholas Ray esta rara e ingenua película, que conserva con los años su peculiar encanto. En el estilo amargo y fascinante de sus mejores obras, pero quizá sin la misma impronta, contó esta historia de esquimales que se enfrentan, contra su voluntad, a la justicia de los blancos.Obtuvo Los dientes del diablo en su tiempo un enorme éxito en todo el mundo. Incluso en España, donde se le cambió su título original, Los salvajes inocentes, por el citado de Los dientes del diablo, respetando así la traducción francesa, y ha sido un filme repuesto comercialmente con frecuencia. En España se repuso hace dos temporadas. (Es un filme de variopinta denominación: por ejemplo en Italia se tituló Sombras blancas.)
La historia es simple: un esquimal, buen cazador, acostumbrado, según las tradiciones de su pueblo, a participar de las mujeres de otros hombres y, por tanto, a facilitar a los otros la suya propia, se informa de que en algún lugar lejano cambian las pieles por rifles. Emprende feliz el viaje, pero se topa con las costumbres blancas, tan distintas a las suyas: al ofrecerle su mujer a dos misioneros, la tragedia empieza a aparecer en la vida de este hombre.
Coincidieron los críticos en valorar altamente la plástica del filme, muy especialmente en las secuencias iniciales de caza, una suerte de reportaje donde Ray plasmó con sensibilidad su utopía de una vida más placentera. Pero también idéntica coincidencia crítica pareció existir al señalarse, el tono naif que emanaba del cuento.
Algunos comentaristas norteamericanos precisaron que ello era más evidente en los diálogos, reprochando incluso al autor el que los hubiera utilizado. En la revista Variety, sin embargo, los encontraban encantadores y, con humor, pero también con atisbos de sinceridad, aplaudían el insólito acento inglés de que Anthony Quinn hacía gala en su papel de esquimal.
Quinn en la cumbre
Unánime coincidencia se estableció para celebrar el buen trabajo de este actor. Anthony Quinn estaba entonces en la cresta de la ola, pero probablemente Los dientes del diablo le aupó con más fuerza: a continuación interpretó Los cañones de Navarone, Barrabás y Lawrence de Arabia, sirviendo en este filme a su estrella principal, Peter O'Toole.Curiosamente, lo contrario de lo que ocurre en Los dientes del diablo: aquí O'Toole interpreta al soldado canadiense cuya vida es salvada por el esquimal, aunque precisamente venga a detenerle. Forma parte de la segunda parte del filme. Hasta entonces es, sobre todo, Yoko Tani quien acompaña a Inuk, el esquimal, en sus felices y menos felices peripecias.
Es probable que, según esos mismos comentarios críticos, lo más débil de la película está en lo que Nicholas Ray utilizó de la novela que le había inspirado: Top of the world (En la cima del mundo), de Hans Ruesch. Cuanto Ray realizó por su propia inspiración, y no corresponde exactamente al argumento, es lo mejor del filme.
Los dientes del diablo se emite hoy a las 22.45 por la primera cadena.
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