Jóvenes españoles para la 'Vita nuova' de Dante

Orquesta y Coro Nacionales.

Director: Manuel Galduf. Solista: Manuel Bennúdez, barítono. Obras de Berliotz, Roig-Francolí y Nielsen.

Teatro Real. Madrid. 24,25 y 26 de febrero.

La cantata Vita nuova, estrenada por la Orquesta y Coro Nacionales bajo la dirección de Manuel Galduf, ha constituido un nuevo y rotundo triunfo para Miguel Ángel Roig-Francolí (1953). Se trata de una obra de gran aliento, efusiva expresividad, claro espíritu mediterráneo y directa belleza. Por otra parte, representa la postura de muchos compositores de la generación de Roig-Francolí.El compositor ha tomado una serie de fragmentos poéticos de Vita nuova, suerte de confesiones íntimas del autor de La divina comedia publicadas por vez primera en Florencia el año 1576. Liberado de todo apriorismo, ha dado configuración musical a la palabra poética, según su personal criterio y obedeciendo a las resonancias que en la propia intimidad del músico ibicenco encontraban los versos amorosos, tan bien estructurados como ricos de sugerencias, del gran florentino. Poco se entendería de la extensa cantata (unos 40 minutos de duración) si no se tiene bien presente la mediterraneidad de Roig. Ya decía Ortega que era más preciso hablar de cultura mediterránea que de cultura latina, y a ese fenómeno cultural responde la Vita nuova musical de nuestro joven músico, tan fresca de pensiero como experta de escritura.

A lo largo de nueve números, repartidos en tres partes, se suceden coros, arias, recitativos y canciones con arreglo a una ordenación previamente planificada. En toda la obra resulta esencial el elemento melódico, sin protagonista en las arias (algunas, como la segunda, excepcionalmente bellas), no menos en las líneas que tejen el movimiento contrapuntístico. Pero la invención melódica de Roig-Francolí no es en ningún momento vulgar, ni siquiera conformista. Habrían sido necesarios muchos más ensayos para montar Vita nuova con todo el lujo de detalles que encierra y que poseen valor sustantivo. En este sentido, a pesar del meritorio trabajo de Galduf, los cantores, la Orquesta Nacional de España (ONE) y el solista Manuel Bermúdez, lo escuchado no pasa de ser una aceptable lectura, lo suficientemente fiel para que el público aplaudiera insistentemente al compositor y sus intérpretes.

El director de Liria puso luego sobre los atriles la quinta sinfonía de Carl Nielsen, estrenada en 1922 y programada por la ONE en 1979. Quizá fue excesivamente duro el contraste entre las luces mediterráneas y las brumas nórdicas, de modo que, con todo y ser la versión de calidad considerable, se recibió con algo así como un entusiasmo apesadumbrado. Brillantísima la obertura del Carnaval romano, de Berliotz.