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Fin del secuestro de Almería

A Durán, nervioso y de genio fuerte, "no le gusta que se la jueguen"

Andrés Durán es, según el testimonio de sus vecinos de Laujar, una persona de 40 años, casado, con tres hijos, sin estudios, algo retrasado mental, nervioso y de genio fuerte. "No le gusta que se la jueguen", dice Gabriel Suárez, maquinista y concejal del ayuntamiento. En su pueblo a Durán no se le conoce otro escándalo que una separación temporal de su mujer, Gloria Bosquet.Antiguo pastor de cabras en la zona, Durán es un experimentado cazador, como lo fuera su padre. En los últimos años, sin embargo, el secuestrador vivía en la zona de El Egido, centro del cultivo extratemprano, donde hizo unas labores agrícolas para el padre de la secuetrada, por las que le reclama 100.000 pesetas. La última vez que Durán estuvo en Laujar fue en septiembre, con motivo de las fiestas locales. En un campeonato de tiro al pollo, Durán, según se cuenta, hizo dos blancos de dos disparos. El hecho de que sea tan buen tirador causó preocupación entre sus paisanos, angustiados por la suerte de la niña mientras duró el secuestro. "Angelico, uno no debe vengarse con las criaturas", afirma la patrona de una pensión de la localidad.

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Los padres de Durán, Pedro y Rosalía -"gente humilde", al decir de los lugareños- están separados desde hace años. Pedro Durán, agricultor, 77 años, cinco hijos, el mayor de los cuales es Andrés, sigue el drama desde el bar Andarax, en la calle de Canalejas, al lado del cuartelillo de la Guardia Civil, donde en los momentos de descanso los buscadores, cubiertos de barro, trasiegan vinos con chuletas, huevos y patatas fritas.

"Le hablo a usted castizamente", dice Pedro Durán. "Tengo el pulso firme, pero las tripas hechas un mondongo". Y añade: "Sé que lo van a matar o a meter en la cárcel, pero digo que mi hijo tiene buen corazón". Destrozado, con los ojos enrojecidos y gruesas bolsas de no dormir, Pedro Durán dice a todos los que le consuelan que siente mucho las molestias que está causando su hijo y que, sobre todo, le da pena la suerte de la pequeña, que lleva seis días fuera de su casa viviendo en unas condiciones que resultan casi insoportables.

Desde el pasado jueves Durán y la niña fueron vistos en cuatro ocasiones. El viernes. por un pastor al que pidieron alimentos entre Fondón y Beires. El sábado, en la misma zona, por el comandante de la Guardia Civil, Antonio González, disfrazado de guarda de ICONA, y por Agustín Durán, hermano del secuestrador que ha cooperado activamente en la resolución del caso. El domingo unos excursionistas les entregaron bocadillos en el nacimiento del río Andarax. Finalmente, un pastor les ayudó el lunes en un cortijo próximo a Laujar.

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