Juana Mordó
SU APELLIDO era conyugal y catalán; su origen, las islas griegas; su raza, judía, y su formación inicial, francesa. Vino a España para dos semanas, para arreglar unos papeles familiares, aquí se quedó durante 41 años y aquí reposa ya para siempre. Su figura breve, su voz cálida y baja, sus ojos claros y sus peinados impecables eran familiares en el mundo del arte contemporáneo, tanto español como internacional. Era la más importante galerista de arte de España, una de las primeras de toda nuestra historia, y de las más importantes del mundo: Juana Mordó.Hace 20 años, Juana Mordó fundó la galería que lleva su nombre para poder albergar y difundir las obras de los artistas jóvenes que tan bien conocía, y que carecían en España de adecuado cauce comercial. Así enseñó a los artistas de El Paso, del Dau al Set, a los principales nombres de la pintura española del último medio siglo, que entonces empezaban.
Ésta fue su apuesta, y de ahí le llegó el triunfo. De la fe en su sensibilidad -formada primero en la poesía-, de su apuesta por lo nuevo, por lo joven, en aquellos años donde la tarea no resultaba fácil. Y esta obra la inició -hay que pasmarse- a los 65 años, a la edad en la que el mundo se jubila. La leyenda que siempre la acompañó, el aura misteriosa que rodeaba su figura, ocultó sus años reales hasta el momento mismo de su muerte, a los 85 cumplidos. La revelación de su edad magnifica la obra de su vida. Los artistas patrocinados por Juana Mordó ven sus obras en los principales museos del mundo; paseó el arte español por todas las salas, por todos los mercados e instituciones. Con ella desaparece un capítulo central del arte español actual, uno de los más importantes y reconocidos de todo el mundo, en cuyo surgimiento y difusión Juana Mordó jugó un papel intransferible y fundamental., La cultura española tiene una deuda con su memoria.
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