_
_
_
_

5.000 vecinos de Orcasitas caminaron cuatro kilómetros para acompañar al cementerio el cadáver del droguero asesinado

Más de 5.000 vecinos de Orcasitas acompañaron los restos de Julio Martín Jiménez, propietario de una droguería muerto el pasado jueves por los disparos de un atracador, formando una comitiva que recorrió a pie los cuatro kilómetros que separan el barrio del cementerio de Carabanchel. La jornada se desarrolló sin el menor incidente, en un ambiente fuertemente emocional, que hizo que decenas de personas no pudieran contener las lágrimas en la iglesia, mientras se celebraba una misa de cuerpo presente. Durante la ceremonia, el sacerdote avisó que se había declarado un incendio en un piso cercano.

Desde las ocho de la mañana de un día que amaneció encapotado y frío, grupos de vecinos se fueron congregando a las puertas de la iglesia de la Preciosa Sangre, un templo que refleja voluntariamente en su construcción y en los materiales el carácter de barrio obrero de Orcasitas. Durante todo el día, bares, comercios, quioscos de prensa y bancos, permanecieron cerrados. Tres asociaciones de vecinos y otras tres de comerciantes del barrio se encargaron de organizar el entierro y dieron la consigna de tranquilidad absoluta y ausencia de griterío, que se cumplió al pie de la letra.Aproximadamente a las 9.15 de la mañana, el furgón que transportaba los restos mortales de Julio Martín desde el Instituto Anatómico Forense llegó ante la iglesia. El cadáver fue instalado ante el altar cuando ya el templo y los aledaños se encontraban abarrotados por miles de personas. El párroco, Máximo Matilla, celebró una misa cantada que terminó con unas palabras de Juan Martín, hermano de la víctima, quien, con voz entrecortada, agradeció su asistencia a los presentes. Decenas de hombres y mujeres no pudieron contener las lágrimas.

A la mitad de la misa, el sacerdote interrumpió el oficio para advertir que un piso cercano se había incendiado. Un centenar de asistentes acudió a la plaza de los Mil Delegados, situada apenas a 150 metros, para ver qué ocurría. Cuando llegaron, la policía había trasladado ya a la residencia sanitaria Primero de Octubre a Antonia Gómez Ruiz, de 84 años de edad, habitante de la vivienda baja del bloque 118, portal 18, en la que se había declarado un espectacular incendio que arrasó el interior de la vivienda. Un nieto de la anciana, José Ruiz Díaz, de 18 años, explicó que su abuela había quedado sola en la casa, mientras sus dos hijos asistían a la ceremonia fúnebre. Otras siete personas resultaron levemente intoxicadas.

A las 10.30 de la mañana, el féretro fue sacado a hombros de la iglesia y comenzó el recorrido, a pie, hasta el cementerio de Carabanchel, distante unos cuatro kilómetros de la iglesia. La comitiva tuvo que pasar por delante de la puerta de la droguería, adornada con una corona funeraria, en la Gran Avenida, bloque 216, portal 44, donde se cometió el crimen. No hubo el menor incidente, a pesar de que, como comentaron muchos vecinos y corroboró Félix López, ex presidente de la Asociación de Vecinos de la Meseta de Orcasitas y una de las personas más respetadas del barrio, varios delincuentes habituales conocidos por todos formaban parte de la comitiva.

La comitiva recorrió la carretera que une Orcasitas con Carabanchel a paso lento, atravesando la carretera nacional de Madrid a Toledo. Un coche de la Policía Municipal abría la marcha y agentes del cuerpo controlaban el tráfico. Durante la casi hora y media que duró el traslado, los vecinos coincidían en sus críticas a la Administración por su inoperancia ante la ola de criminalidad y su falta de imaginación para desarrollar actuaciones que reduzcan el paro juvenil y generen actividades creativas para la población menor.

A las 12 de la mañana el cortejo llegó al cementerio de Carabanchel. Al bajar el ataúd a la tumba se produjeron nuevas escenas de dolor y nerviosismo entre los familiares. Uno de los hijos del fallecido Julio Martín no pudo soportar la tensión y, ya casi a la salida del cementerio, sufrió un desmayo y tuvo que ser ayudado a subir a un coche particular.

"Mi hermana es incapaz de matar", afirma Juan Delgado

"Mi hermana se encuentra bien, aunque muy dolida. Está fuera de Madrid. Me dijo el mismo viernes, cuando la pusieron en libertad, que nunca sería capaz de matar a nadie". Con estas palabras resume Juan Delgado la situación anímica de su hermana Benita, de 24 años, que fue confundida con uno de los atracadores que el jueves mataron a Julio Martín y estuvo a punto de ser linchada por los vecinos.Delgado afirmó que las informaciones aparecidas sobre su hermana, citando su condición de drogadicta, han sido inoportunas y han contríbuido a que los vecinos les miren con animadversión. "Es cierto", afirmó, "que mi hermana es drogadicta, pero una cosa es tener adicción a la droga y otra muy distinta ser capaz de matar a nadie. Publicar eso sólo ha servido para exacerbar los ánimos contra mi familia, y eso no es justo. ¿Qué va a hacer ahora la gente? ¿Linchar a todos los drogodependientes que hay en Madrid?"

Benita Delgado tuvo que salir de Orcasitas en el interior de un coche-patrulla de la policía. Trasladada a la comisaría de la Ciudad de los Ángeles, la policía comprobó que no tenía nada que ver con el atraco y la muerte del droguero.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_