El Supremo concede la pensión a la viuda de un general divorciado cuyo matrimonio fue anulado en 1944
El Tribunal Supremo ha reconocido el derecho a pensión a Purificación Celeiro, viuda del teniente general laureado Eduardo López de Ochoa, a la cual le fue anulado su matrimonio en 1944, después del fallecimiento de su marido. El matrimonio fue invalidado como consecuencia de una sentencia que anulaba el divorcio del general de su anterior esposa. Desde aquella fecha, en virtud de las leyes franquistas de nulidad de los divorcios, la pensión de viudedad la había recibido María Luisa Motta, con la que el general había contraído matrimonio canónico.Eduardo López de Ochoa contrajo matrimonio en 1904 con María Luisa Motta, de la que se divorció legalmente en 1932. En 1934 se casó nuevamente, esta vez por lo civil, con Purificación Celeiro, con la que tuvo una hija.
El teniente general fue asesinado en el hospital Gómez Ulla de Madrid el 17 de agosto de 1936.
La Audiencia Territorial de Barcelona anuló en 1944 la sentencia de divorcio por aplicación de las leyes de 23 de septiembre y 23 de octubre de 1939. Esta decisión de la Audiencia de Barcelona convirtió a María Luisa Motta de nuevo en esposa legítima del general asesinado y copartícipe de la pensión con Purificación López de Ochoa Celeiro, hija del matrimonio civil que había sido anulado.
A raíz de la nueva ley de Divorcio, y a pesar de que ya había fallecido María Luisa Motta, Purificación Celeiro volvió a solicitar que se le reconociera como titular de la pensión, petición a la que se opuso el Consejo Supremo de Justicia Militar. Finalmente, el Tribunal Supremo le ha reconocido el derecho a la pensión.
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