Los horarios de los funcionarios

Leo sin sorprenderme demasiado la información que firma Joaquina Prades en EL PAIS del 25 de abril sobre el control de los funcionanos públicos, ya que trabajo en un organismo dependiente de la Administración y el tema me suena.Algo tarde parece que va a acometer el Gobierno la tarea de controlar a sus empleados y sus funciones. Los que habíamos puesto nuestra esperanza en el cambio vemos cómo tratan a estos defraudadores de la Hacienda pública con guante blanco; de una forma exquisita dan orden de "localizar a 192 señores que cobraban y nadie sabía a qué se dedicaban...", con el fin de darles la alternativa de volver a ocupar su despacho (por lo que deduzco debían ser carguillos para disponer de uno) o pedir la excedencia. ¡Qué detalle de delicadeza.!

Si a mí, auxiliar administrativa, se me ocurre faltar más de tres días al trabajo, me abren un expediente por falta grave si no lo justifico.

Ya el hecho de que a estas personas se les permita volver a ocupar el puesto de trabajo me parece delictivo, cuando lo que merecían era la exigencia de responiabilidades y, ¿por qué no?, devolución de haberes injustamente devengados. ¿Qué es esto sino el tirón, por cierto bien sustancioso, del que no solamente roba, sino mina la moral del funcionario con ganas de ser útil? Ahora sólo falta que veamos cómo les ponen a trabajar, pero eso sería ya otro capítulo. /