Balas contra la democracia en Chile.
El Primero de Mayo se convirtió en una nueva jornada de protesta contra el régimen dictatorial del general Augusto Pinochet. Las balas, los gases, las porras y las mangueras fueron la respuesta a cientos de miles de personas que se echaron a la calle para exigir la inmediata vuelta de la democracia. Un joven de 15 años muerto, 100 heridos y 175 detenidos fue el balance de los disturbios en Santiago de Chile, Valparaíso, Concepción y otras ciudades. Mientras su policía actuaba con contundencia, el general Pinochet, a 400 kilómetros de Santiago, en la localidad de Colbum, hablaba a 3.000 trabajadores de una presa hidroeléctrica y les aseguraba que piensa seguir en el poder hasta 1989. Las fotografías muestran a policías y manifestantes en Santiago.
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