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El acoso al Neo Wafd ha marcado la campaña para las elecciones de hoy en Egipto

ENVIADO ESPECIALUn total de 13 millones de egipcios deberá votar hoy en las primeras elecciones relativamente democráticas desde hace 60 años, que el presidente de Egipto, Hosni Mubarak, prometió "libres y honradas", pero cuya campaña electoral preparatoria ha quedado ensombrecida por el acoso al que ha sido sometido el Neo Wafd, principal partido de oposición, por parte del aparato del Estado.

A pesar de las trabas puestas por los gobernadores de provincias a la celebración de los mítines del Neo Wafd, el más antiguo partido político del país, y de los incesantes ataques de la Prensa gubernamental contra esa formación centroderechista, la campaña electoral ha transcurrido en un clima de inusual libertad en Oriente Próximo, propiciada por el propio Mubarak, que intenta legitimar su poder -heredado en 1981 del impopular Anuar el Sadat-, renovar una clase política demasiado asociada al anterior régimen y canalizar institucionalmente las reivindicaciones de la oposición.

La mayoría de los observadores coincide en vaticinar una amplia victoria del Partido Nacional Demócrata (PND), en el poder, que perdería un 20% de los sufragios en relación a las últimas votaciones manipuladas, de 1979, en tiempos de Sadat.

La gran incógnita consiste, por una parte, en el nivel de participación de una población mayoritariamente analfabeta y despolitizada, que daría, votando masivamente, una gran credibilidad al proceso de democratización, y, por otra, en el resultado del Neo Wafd, que no ha dudado en acoger en sus listas de candidatos a 16 miembros de la ilegal pero poderosa Hermandad de los Hermanos Musulmanes.

Los círculos allegados al poder desean que esta sorprendente coalición electoral rebase la barrera del 8% necesaria para estar representada en el Parlamento, pero no alcance un tercio de los sufragios, que obligaría al PND a pactar en 1988 la reelección del presidente.

"Esta alianza heteróclita de todos los elementos hostiles a la revolución de 1952", como la califica Mustafá Jalil, ex primer ministro y vicepresidente del PND, ha dejado algo desamparado al electorado copto del país (12,5% de la población), que hasta ahora se identificaba con el laicismo del Neo Wafd, lo que ha aprovechado la Prensa gubernamental para intentar recuperar los sufragios cristianos.

Con la excepción del Partido Nacional Unionista y Progresista (marxista-nasserista), ninguna de las tres otras formaciones que se presentan a las elecciones parecen poder conseguir entrar en la Cámara baja.

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