François Mitterrand menciona por su propio nombre al físico disidente Andrei Sajarov en una cena en Moscú con Chernenko
El presidente francés, François Mitterrand, rompió con las tradiciones protocolarias y mencionó públicamente por su nombre al físico nuclear disidente Andrei Sajarov anoche, en un banquete ofrecido en su honor en el Kremlin, donde se encontraba el líder soviético, Konstantín Chernenko. Éste, a su vez, manifestó que los que tratan de dar consejos a la URSS en materia de derechos humanos "sólo consiguen provocar aquí una sonrisa irónica".
La cena, a la que asistían otros miembros de la dirección soviética, discurrió en una "atmósfera cordial", según la agencia oficial soviética Tass, que, con un retraso insólito en este tipo de ocasiones, ofreció un resumen del discurso de Mitterrand a la una de la madrugada del día 22 (hora de Moscú), según el cual el presidente francés "habló detalladamente de la necesidad de respetar los derechos humanos".Mitterrand, que desde el miércoles realiza su primera visita oficial a la URSS en calidad de presidente francés, se entrevistó ayer en dos ocasiones con Chernenko. La primera, durante dos horas, en sesión plenaria, y la segunda, en conversación privada, en presencia de intérpretes, durante 55 minutos, pese a que se disponía de un margen de tres horas para ello.
En su primer contacto de trabajo con Chernenko, Mitterrand abogó por una mejora de las relaciones entre la URSS y EE UU, aunque la posibilidad de una cumbre entre el presidente norteamericano, Ronald Reagan, y el líder soviético queda excluida en las actuales circunstancias, según explicó ayer en Moscú un portavoz del Kremlin. Según Leonid Zamiatin, jefe del Departamento de Información Internacional del PCUS, un encuentro de este tipo sería útil, pero debe prepararse minuciosamente, y en la actualidad no existen pruebas de buena voluntad por parte de Washington que permitan plantear la posibilidad de una cumbre.
A juzgar por la información suministrada por portavoces soviéticos y franceses, ambas partes repitieron ayer sus argumentos sobre los grandes temas de la relación Este-Oeste y los foros de diálogo sobre desarme, estancados desde el inicio de la instalación de los cohetes norteamericanos de medio alcance en Europa Occidental.
Durante la cena, Chernenko manifestó que la "amenaza de guerra nuclear" crece en el mundo y que la instalación de nuevos misiles nucleares norteamericanos hace disminuir la seguridad. "No ponemos al mismo nivel a Francia y a los países que dejan instalar en su territorio misiles americanos", sentenció Chernenko. Sin embargo, subrayó, los Gobiernos que "dan un apoyo activo a los proyectos de despliegue de éstos asumen, igualmente, su parte de responsabilidad".
El dirigente soviético rechazó el ultimátum que, a su juicio, supone la posición "unilateral" y "absolutamente no constructiva" de EE UU, consistente en ofrecer negociaciones, al tiempo que se apunta hacia la URSS con los cohetes Pershing y de crucero. "Tal método es totalmente inapropiado para hablar con la URSS", dijo. "Es necesario que se tomen las medidas prácticas tangibles que muestren claramente el deseo de posibilitar las conversaciones".
Mitterrand, a su vez, defendió en su alocución la existencia de una fuerza nuclear francesa en nombre de las necesidades de defensa, independencia y soberanía nacional del país, y se refirió a los cohetes SS-20 como elemento que "amenaza especialmente" la seguridad en Europa. Invocando el Acta Final de Helsinki, Mitterrand se refirió a casos de personas que pueden tener un valor "simbólico", como, dijo', "el profesor Sajarov".
Éste se encuentra desterrado desde 1980 en la ciudad cerrada de Gorki, donde también está su esposa, Elena Bonner. Al oír la mención de Sajarov, Chernenko, que había permanecido impasible durante todo el discurso, se llevó una mano a la oreja, según afirmó un periodista francés que asistió a la cena.
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