Un loco persigue y amenaza a los cuatro maestros de un pueblo de Granada
La obsesión de un loco por perseguir a los maestros del pueblo tiene revolucionada a Itrabo, una pequeña localidad granadina próxima a la costa. De los cuatro maestros del pueblo -uno de ellos es también el alcalde-, dos han sufrido ya los ataques del desconocido agresor, al que busca la Guardia Civil. Los vecinos del pueblo se reunieron en asamblea la noche del sábado para estudiar las soluciones al problema, y la Guardia Civil, que ha desplazado desde Granada un equipo de especialistas para reforzar a la guarnición de Salobreña en la tarea de solucionar el caso, ofrece 50.000 pesetas de recompensa a quien facilite cualquier información que pueda conducir a la detención del agresor.Itrabo, de unos 1.500 habitantes, está enclavado en una de las serranías próximas a la costa granadina. A la localidad se tiene acceso desde Salobreña, y más allá del pueblo, la carretera no se prolonga. Es un lugar tranquilo, de bonitos paisajes, y que tendría una vida pacífica de no haber surgido últimamente esa tenaz amenaza contra los cuatro maestros del pueblo, con quienes el resto de los vecinos se solidariza.
Los cuatro maestros son conocidos como El Alcalde, Plaza, Mari Carmen y Juan Antonio. Todos ellos son considerados, como es habitual para los maestros, "bellísimas personas". El primero de ellos, Manuel Fernández Olvera, accedió al cargo de alcalde encabezando la lista del PSOE.
El problema para los cuatro maestros surgió hace varias semanas, cuando éstos comenzaron a recibir anónimos. No fueron tomados en serio hasta que el sábado la casa de uno de los profesores, Plaza, sufrió una extraña agresión: se practicó un orificio en la parte alta de la pared y por ahí alguien vertió un líquido altamente corrosivo, que destruyó el sofá de la vivienda.
El hijo de este maestro había sido internado la fecha anterior en el hospital de Santa Ana, de Motril, afectado por lo que parecía un corte de digestión. Un examen posterior ha permitido comprobar que el niño había ingerido, probablemente disuelto en alguna bebida, el mismo líquido que después fue arrojado en el salón de la vivienda de su padre.
Igualmente, se ha podido comprobar que otra niña que pocos días antes había presentado síntomas parecidos había ingerido también el mismo líquido. Esta niña es sobrina de Mari Carmen, la maestra del pueblo, a cuyo cargo y en cuya casa vive. Los cuatro maestros, incluido el alcalde, se encontraban ayer fuera del pueblo. El caso parece en principio conducir a algún loco maniático, obsesionado con los maestros por un pasado de malas notas o por alguna antigua fricción con un profesor.
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