'Detective privado', copia sin gracia
El buen éxito de la película Adiós, muñeca, que Dick Richards dirigió en 1975 con Robert Mitchum en el papel principal, animó a su productor, Elliott Kastner a adaptar otra novela del escritor norteamericano Raymond Chandier, El sueño eterno, interpretada de nuevo por el mismo actor.Pero si segundas partes rara vez son mejores que las primeras, en este caso, existía la obligada referencia a la versión que Howard Hawks dirigió en 1946 con Humplirey Bogart y Lauren Bacall en los personajes principales.
El director contratado para adaptar de nuevo la novela, Michael Winner, es un cineasta confuso, solicitado por Hollywood para ser, más tarde, reintegrado a su Inglaterra natal. Especializado en cierto cine policíaco del que tal vez destaque Scorpio, con Alain Delon y Burt Lancaster de principales protagonistas, y aquel curioso prólogo a Suspense (Los inocentes), la película de Clayton, que Winner rodó después con Marlon Brando en el papel central: Los últimos juegos prohibidos.
Este Sueño eterno, tan divertidamente complicado en la novela y en la película original, no tuvo en sus manos,la menor inspiración.
Los críticos rechazaron el resultado, calificándola de telefilme convencional, "cuyo desprecio por las posibilidades del texto del escritor Raymond Chandler es casi ilimitado" (Cartelera Turia).
Quizás el error principal de la película residió en trasladar al Londres actual (el de 1977) el decorado de una acción prevista en un universo "cínico, sensual y feroz" como lo definió el crítico Raymond Borde.
Detective privado se emite hoy a las 22.45 horas por la primera cadena.
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