Las relaciones germano-ltalianas
El incidente ítalo-alemán ha terminado para bien o para mal, pero algo quedará. ( ... ) Pero el problema es de política interna, pues el presidente del Gobierno interviene para apaciguar lo que el ministro de Asuntos Exteriores ha dicho, y no queda resuelto. Nadie prohíbe a Andreotti pensar sobre la reunificación de Alemania de forma diferente a Craxi, pero dentro del marco de un Gobierno deben discutirse previamente esas diferencias de opinión y resolverse mediante un programa común que encare las medidas a tomar. En efecto, el Gobierno está obligado a trabajar en equipo. Hemos visto al ministro, tanto en la fiesta de L'Unitá así como en las entrevistas que concede, actuar como si representase una comedia, pero sin disponer de un libreto previo, lo que le obliga a improvisar. ( ... ) , 18 de septiembre
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