El periodista francés detenido en Afganistán fue víctima de una emboscada soviética
La detención del periodista francés Jacques Abouchar en Afganistán a principios de septiembre fue resultado de una emboscada cuidadosamente preparada por tropas soviéticas y afganas y destinada a disuadir a otros periodistas, occidentales de entrar clandestinamente en el país, según informaron a este diario fuentes cercanas al detenido en Peshawar (Pakistán), junto a la frontera afgana.
Abouchar, de 52 años, trabaja en el segundo canal de la télevisión francesa, Antenne 2, y llegó a Pakistán a principios de septiembre acompañado de un cámara un técnico de sonido y un guía intérprete. En la ciudad de Quetta, junto a la frontera, contactó con los guerrilleros del Frente Nacional Islámico para Ia Liberación de Afganistán (NlFLA) que dirige Áhmad al-Gailani y que combate a los soviéticos desde hace años en seis provincias del sur y sureste de Afganistán. Los periodistas decidieron cruzar clandestinamente la frontera y acompañar durante, unos días al comandante guerrillero Hadji Marasch. Su viaje se retrasó 24 horas, que pasaron, sin ocultarse, en el pueblo fronterizo de Chaman. Allí debieron de ser descubiertos por los informado res de. los soviéticos, que avisaron de su próxima. entrada en el país.
Dos representantes de una organización humanitaria francesa, que iban a entregar 2,90.000 francos (casi cuatro millones de pesetas) a las víctimas de los bombardeos, se unieron a la expedición. Entraron en dos camionetas y antes de una hora fueron alcanzados por el fuego de tropas afganas que les esperaban emboscadas. El primer vehículo se incendió, aunque sus ocupantes pudieron saltar del mismo y emprender la huida, y el segundo volcó al pretender dar la vuelta. Los guerrilleros afganos no respondieron al fuego ni hicieron nada para proteger a los periodistas. El camarógrafo resultó con ocho costillas rotas y pudo llegar a Pakistán ayudado por el intérprete, que le llevó a hombros. El técnico de sonido y los dos representantes de la organización humanitaria francesa (un hombre y una mujer) pudieron también escapar, aunque el dinero que transportabari quedó en la primera camioneta.
Jacques Abouchar, que estaba herido en un hombro, se escondió en los alrededores y fue detenido al amanecer por los ocupantes de un blindado ligero soviético.
Abouchar fue visto esa mañana en el bazar del pueblo afgano de Spin Voldak. Iba encadenado, sentado en la parte delantera de un tanque soviético. Un oficial de la policía política afgana (Khad) se dirigió varias veces a los habitantes del pueblo para demostrarles la participación de mercenarios extranjeros en la guerrilla.
Desde entonces no se ha vuelto a tener noticias del detenido, aunque se cree que está en Kabul, la capital del país. Las autoridades afganas lo acusan de ser el jefe de una partida de bandidos y de espionaje. Entre las gestiones hechas por Antenne 2 para su liberación estuvo una conversa ción con el famoso y peculiar pe riodista soviético Victor Louis, quien aseguré que Abouchar sería liberado próximamente.
Docenas de periodistas occidentales han entrado ilegalmente en Afganistán durante los cinco años de guerra, ante la imposibilidad de hacerlo de forma legal. Compañeros de Abouchar están convencidos de que la detención y la posible condena que podría imponerse a éste están destinadas a amedrentar a la Prensa.
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