Estudiantes rompe la racha del Joventut
Tantas veces se negó a entrar la pelota y rebotó como tantos los sobresaltos. Un partido en el que la norma es el fallo no tiene porqué resultar aburrido, que para eso existen otros ingredientes, al menos en baloncesto. Calidades aparte, ayer el Estudiantes-Ron Negrita Joventut resultó entre épico, emotivo, vibrante, violento y rápido. No hubo, pues, lugar al aburrimiento. El Estudiantes protagonizó la sorpresa de la jornada, más sorpresa aún si se considera que sus jugadores más desacertados fueron, precisamente, su pareja de americanos.Aito no tardó ni un minuto en despojarse del jersei, señal de que pronto comprobó que la fiereza defensiva del Estudiantes señalaba ánimo premeditado de causar problemas. Otros rivales le han tenido a Aito con el jersei puesto durante más tiempo, Real Madrid incluido. Y, es que, en las primeras acciones, el equipo local ya parecía querer sentenciar el partido (7-2). Una defensa individual muy agresiva, con Coll pegado a Villacampa, pero pegado, y Pinone agarrado a Schultz, pero agarrado, provocó nerviosismo en el Ron Negrita, una tensión que no dejó de padecer. Gracias a que el Estudiantes implantó el caos en el enemigo, a fuerza de hostigarlo, éste se vio arrollado en todo momento por las circunstancias. El Joventut se encontró amenazado y nunca halló un respiro para encontrarse a sí mismo. De ahí vino una ir gente producción de tiros que rebotaban pero no entraban.
El Estudiantes, apoyado por la hinchada, hizo un partido con uñas y dientes, que Pinone (apodado el oso) daba zarpazos para arrebatar el balón al contrario. Así tomó el mando enseguida. Rusell lo fallaba todo y Pinone algo menos, pero Coll y Gil hacían los puntos. El Joventut se vio derrotado en una racha que puso el marcador en 32-19, a falta de cinco minutos, marcador escaso y que señala el alto índice de fallos en el tiro. Pero el Estudiantes, embriagado en su propia tenacidad, perdía en rachas de precipitación canastas fáciles. Aún así mantuvo una ventaja hasta el descanse (42-33).
La segunda parte se convirtió en un partido de ¡da y vuelta. Primero, el Estudiantes que parece que se lanza, pero no. Entran Rusell y Pinone en la tercera personal, aflojan el marcaje, muestran miedo en la zona, y dejan vía libre a un tranquilo Jiménez para que les machaque un poco, y el Joventut no sólo empata a 54, sino que obtiene su primera ventaja (54-56 a falta de 11 minutos). Pero el público no daba crédito, porque Lafuente coge resuello, Coll se hace implacable y Pedro Rodríguez prodiga tres saltos consecutivos, tres entradas a canasta que parecen venir de otro continente. El Estudiantes volvía a empeñarse en ganar el partido y se pone 68-58.
Los últimos cuatro minutos se dilucidan con ventaja de cuatro puntos. Margall amenazaba con canastas de tres puntos, pero Gil, que vuelve a salir, impone por vez primera la serenidad. El Estudiantes, a fuerza de combate, logra su primer éxito y parece reclamar su parte de protagonismo entre los animadores del campeonato.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.