Alberti y Dámaso Alonso centraron la evocación de Vicente Aleixandre
La obra y la personalidad del poeta Vicente Aleixandre, fallecido recientemente, fue evocada el miércoles por 12 poetas, entre ellos sus compañeros de generación Rafael Alberti y Dámaso Alonso, durante un multitudinario acto celebrado en el Centro Cultural de la Villa de Madrid, organizado por el Ayuntamiento. El exceso de personas que se apretujaban y sudaban en la sala y en los pasillos restó brillantez y emotividad a un acto en el que los asistentes esperaban participar en un encuentro único entre los tres poetas de la generación del 27.
Rafael Alberti y Dámaso Alonso iban a participar en el acto junto con Gerardo Diego. Pero el encuentro entre los tres escritores no llegó a producirse debido a que la mujer de este último se encuentra enferma. Además de Alberti y Alonso, intervinieron en el homenaje Carlos Bousoño, Leopoldo de Luis, José Luis Cano, Luis Rosales, Concha Zardoya, Claudio Rodríguez, Francisco Brines, José Gerardo Manrique de Lara, José Javier Aleixandre y Fina de Calderón. José Hierro no pudo acudir debido a que se encuentra aquejado de una neumonía.Tras la presentación del acto por Enrique Tierno, Dámaso Alonso seleccionó algunos de los muchos poemas inéditos de Aleixandre que pensaba leer en el acto, "porque en estas condiciones" -el calor y los empujones se hacían cada vez más agobiantes- "es preferible ser breve".
Los poemas que llevaba Dámaso Alonso habían sido elegidos de un cuaderno que él conserva y en el que se recogen los primeros poemas juveniles de Vicente Aleixandre, Rafael y Enrique Álvarez Serrano y el propio Dámaso Alonso. Recordó el poeta que los escritos del cuaderno fueron realizados en su mayor parte durante los veranos de 1917 a 1923. Los temas que se contienen en estos versos casi juveniles hablan de amistad, de amor, de muerte.
Inmenso, genial
Dámaso Alonso leyó con gran emoción los poemas de Aleixandre y cerró su intervención diciendo que fue al funeral de su amigo .con una angustia espantosa. Yo pedía mi muerte. Éramos grandes amigos desde 1917 y era un hombre inmenso y genial".Después de que hablara Dámaso Alonso se produjo el primer abandono de la mesa: Enrique Tierno tenía que irse a inaugurar una exposición. A continuación salieron Luis Rosales, Leopoldo de Luis y José Gerardo Manrique de Lara, al tener que participar en el Premio Antonio Camuñas.
El homenaje fue transcurriendo con la lectura de poemas que había realizado cada uno de los participantes, hasta que Rafael Alberti se encargó de cerrar el acto hablando de su vinculación personal a Vicente Aleixandre.
Los poetas Claudio Rodríguez y Carlos Bousoño leyeron poemas dedicados a Sirio, el nombre de los tres perros que sucesivamente tuvo Aleixandre en su casa madrileña de Velintonia, 3. Claudio Rodríguez dijo en su poema que Sirio II era un perro de esos que no se dedica a ladrar a los pobres o a los niños; "solamente ladraba a los malos poetas, cuyo tufo podía oler muy de lejos".
José Luis Cano centró su intervención en el recuerdo de Velintonia y en el significado que la casa de Aleixandre tuvo para todos ellos. Cano explicó que la casa fue un permanente punto de encuentro para la creación y la libertad, un lugar en el que todos eran recibidos, desde Pablo Neruda o García Lorca hasta el más desconocido de los creadores.
Al igual que ocurrió con Dámaso Alonso, la intervención de Rafael Alberti consiguió emocionar a los asistentes, al adentrarse en sus recuerdos del contacto humano con el homenajeado hasta conseguir lo que había dicho el alcalde: que la presencia de Aleixandre fuera la única que se notara en el encuentro. Mientras Alberti leía sus Retornos de Vicente Aleixandre y la nieve que caía fuera del edificio no lograba disminuir el agobiante calor de la sala, muchas personas empezaron a abandonar la sala protestando por las condiciones del acto.
Babelia
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