La alimentación, un factor de riesgo cancerígeno insuficientemente estudiado
Santiago Grisolía presenta un ciclo sobre la relación entre los dos factores
Según un estudio realizado por el Departamento de Salud Pública de la Administración norteamericana, los factores directamente relacionados con la alimentación suponen el 35% de las causas de la aparición del cáncer. Partiendo de esta base, se ha organizado en la Fundación de Estudios Avanzados de Valencia (FEAV) el III Ciclo de Estudios sobre Alimentación y cáncer, con la doble intención de profundizar en el conocimiento de la relación etiológica entre nutrición y cáncer y de dar a conocer al público los resultados de la investigación realizada hasta ahora en este campo.
Los coordinadores del ciclo, que constará de 12 conferencias a lo largo de tres semanas, son los doctores Inmaculada Iborra y Simó Schwartz, y su presentador es Santiago Grisolía, secretario del patronato de la fundación y director del Instituto de Investigaciones Citológicas de Valencia. Las ponencias presentadas se han agrupado en tres unidades: Alimentación y cáncer, relación etiológica, Alteraciones metabólicas y nutritivas en enfermos neoplásicos y Alimentación en los enfermos neoplásicos.El objetivo de esta clasificación, según los organizadores del ciclo, es dar una visión amplia sobre diversos aspectos del tema, desde los relacionados con la medicina preventiva hasta la alimentación como elemento terapéutico en el tratamiento de los enfermos de cáncer.
La FVEA ha organizado ya diversos cielos centrados en el campo de la nutrición, "una ciencia que, a pesar de su importancia en múltiples campos de la medicina, no se estudia todavía en ninguna facultad de este país, según afirma Grisolía, secretario de la entidad.
Las jornadas iniciadas el pasado lunes reúnen dos temas, la alimentación y el cáncer, que superan el ámbito de la estricta investigación cientfica para despertar el interés de un público más amplio, que se siente directamente afectado en su vida cotidiana.
Aumento de la incidencia en los últimos años
"La incidencia del cáncer sobre la población de las naciones económicamente desarrolladas y la mortalidad causada por esta enfermedad han aumentado de forma extraordinaria en los últimos años", señala Grisolía, "debido a factores que, en su gran mayoría, todavía nos son desconocidos. Para desarrollar una investigación efectiva sobre las características de la enfermedad y las causas que han provocado su incremento es imprescindible recurrir a una ciencia, la epidemiología, aún escasamente desarrollada en España".El doctor Grisolía, bioquímico, asegura no ser "en absoluto" un experto en la materia, pero insiste en la importancia de la epidemiología como herramienta imprescindible para el conocimiento del cáncer, y sus relaciones, Por tanto, con otros factores.
Estudios epidemiológicos realizados hasta ahora en Estados Unidos han demostrado la estrecha relación etiológica entre el consumo de determinados alimentos y la aparición de neoplasias. "Por supuesto, estos estudios deben llevarse a cabo a través de encuestas basadas en cuidados cuestionarios, ya que afortunadamente es ilegal experimentar con personas, pero hay determinados grupos sociales, por ejemplo las comunidades religiosas o étnicas, que comparten especiales hábitos alimenticios y posibilitan una investigación fiable".
Grisolía afirma que el Ministerio de Sanidad está muy interesado en el desarrollo de la epidemiología, y lamenta que las instituciones privadas no fomenten más a menudo actividades relacionadas con el campo de la medicina preventiva.
"Por ahora conocemos que el 35% de las causas de la aparición de cáncer están relacionadas con la alimentación, el 1 % con los aditivos alimenticios y, aproximadamente, un 3% con el consumo de alcohol. Sabemos todavía muy poco sobre los factores directamente causantes, pero, por ejemplo, ya se puede afirmar que determinados hábitos alimenticios, como el abuso de fritos, el cocer excesivamente los alimentos, el alcoholismo, favorecen la irrupción de la enfermedad. Sin embargo, lo cierto es que nunca existe un factor único, sino una interacción de diversos elementos que pueden provocar, acelerar o dificultar el proceso de reproducción caótica de determinadas células". Hasta qué punto podemos sustraernos a la acción de los productos canceríenos es quizá la pregunta clave a plantearse ante cualquier investigación en el campo de la alimentación.
Necesidad de más estudios epidemiológicos
El doctor Cortina Greus, catedrático de Medicina Preventiva en Valencia, pronunció el pasado lunes la primera conferencia del ciclo, centrada en las razones epidemiológicas que apoyan la relación alimentación-cáncer.Tras analizar los medios epidemiológicos aplicables al problema, el doctor Cortina resaltó el hecho de que "con frecuencia, los resultados de los estudios son contradictorios, o que un factor que, al parecer, tiene valor protector frente a una localización de cáncer puede ser factor de riesgo para otra localización o para otras enfermedades, especialmente cardiovasculares".
La necesidad de multiplicar los estudios epidemiológicos en colaboración con estudios clínicos, de laboratorio y experimentales, a fin de valorar adecuadamente los factores de riesgo, fue especialmente destacada por el conferenciante, que insistió en la dificultad de plasmar los datos disponibles hasta ahora en una dieta anticáncer, "si bien sí es posible realizar una serie de recomendaciones en este sentido".
La doctora Farré Rovira, catedrática de Bromatología, insistió también en su conferencia del martes en la correlación entre los hábitos alimentarios de una población y la incidencia de cáncer, y refiriéndose a los estudios realizados en Estados Unidos en 1982 por un comité de expertos, reafirmó la dificultad de establecer relaciones definidas de causa-efecto. "Los agentes carcinógenos susceptibles de hallarse presentes en los alimentos pueden ser de diverso origen: componentes naturales de los alimentos, productos resultantes de la contaminación microbiana y química, productos formados a consecuencia de los tratamientos tecnológicos o aditivos alimentario?, indicó.
La correlación entre consumo de alcohol y cáncer fue tratada por la doctora Guerri, bióloga del Instituto de Investigaciones Citológicas de Valencia. Calificó de "estrecha" la relación entre alcohol y cáncer, asegurando que su consumo habitual incrementa el risgo de cánceres de boca, laringe, faringe, esófago, hígado, páncreas, estómago, intestino grueso, recto y mama.
Sin embargo, Consuelo Guerri precisó que "parece que el alcohol por sí mismo no es carcinógeno, pero sí lo son algunas sustancias de las bebidas alcohólicas, como las nitrosaminas, los hidrocarburos policíclicos o las fibras de asbestos".
El alcoholismo crónico provoca también alteraciones inmunológicas y déficit nutritivos y vitamínicos, "factores que pueden facilitar o incrementar el riesgo de cáncer".
La perspectiva genética
La perspectiva genética fue abordada por el doctor Egozcue, de la universidad Autónoma de Barcelona, en una ponencia titulada Alimentación y oncogenes, quizá la más especializada de las pronunciadas durante esta semana.La relación entre las dietas humanas, especialmente en los países occidentales, y la aparición de genes anormales fue el tema de su conferencia.
A lo largo del lunes, martes y miércoles de la semana que viene, el III Ciclo de Estudios sobre Alimentación y cáncer, que se está celebrando en Valencia, se centrará en las alteraciones metabólicas y nutritivas que padecen los enfermos neoplásicos con la presentación de cuatro nuevas ponencias sobre este aspecto.
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