Carlota Bustelo considera inconstitucional la legalización de la prostitución
Carlota Bustelo, directora del Instituto de la Mujer, ha criticado, en carta dirigida al alcalde de Madrid, Enrique Tierno, las declaraciones formuladas por Juan Barranco, primer teniente de alcalde del Ayuntamiento madrileño, en favor de la legalización de la prostitución. Bustelo califica las declaraciones de Barranco como "una incoherencia jurídica y anticonstitucional", en carta enviada al alcalde, cargo que está desempeñando en funciones el propio Juan Barranco durante la enfermedad de Tierno. La directora del Instituto de la Mujer se refiere en la carta al artículo 10 de la Constitución, en el que se recoge la dignidad de la persona y se prohibe cualquier trato inhumano y degradante.
Las declaraciones de Barranco han abierto un debate que llevaba tiempo latente. La prostitución es, todavía hoy, un mundo desconocido sobre el que sólo existen estudios parciales de los barrios chinos más característicos. Ha sido esto, precisamente, lo que ha llevado al Centro de Atención a la Marginación de la Mujer a convocar unas jornadas de trabajo, con la participación de ocho comunidades autónomas, para el próximo mes de marzo. Asimismo, el centro ha emprendido un primer estudio a nivel nacional sobre la prostitución, financiado por la Dirección General de Acción Social.Los datos más recientes dan la cifra de 400.000 prostitutas, considerando únicamente a las mujeres que hacen la calle y a las de barras americanas y establecimientos de alterne. Se queda fuera la prostitución de lujo, prácticamente incontrolable.
Las Juventudes Socialistas se han unido a las declaraciones de Juan Barranco, que también han encontrado apoyo por parte de Raimon Martínez, teniente de alcalde para las Relaciones Ciudadanas de Barcelona, y de Antoni Gispert, fiscal de la Audiencia de esta última ciudad. Éste se mostró partidario de la legalización de la "prostitución callejera" en una conferencia que dio, sobre Derecho y sexualidad, a finales de la semana pasada, pero no se incluía en esta legalización a la prostitución de lujo.
El Código Penal no hace referencia a la prostitución como tal, sino a los delitos derivados de ella, como proxenetismo, corrupción de menores y trata de blancas. Pero, aunque el ejercicio de la prostitución no está incluido, el texto legal sigue considerándola como conducta peligrosa hasta que se derogue la ley de Peligrosidad Social.
Cáritas Española y Villa Teresita, una asociación que se dedica expresamente al cuidado de las prostitutas en las principales ciudades españolas, pidieron la derogación de esta ley en el último Congreso Internacional de la Federación Abolicionista de la Prostitución, celebrado a finales de año en Viena (Austria),con la participación de 30 países.
Esta opinión es compartida por Puri Gutiérrez, abogada, especializada en temas referentes a la mujer, que piensa que, "aunque a ley está en desuso, la policía puede utilizarla para reprimir a las prostitutas mientras no se derogue, como de hecho está, ocurriendo. Pero donde surge el conflicto realmente", continúa, "es en las matizaciones que hay que hacer entre legalización -de la que estoy en contra- y regulación. La prostitución es una explotación para la mujer, y la explotación no debe nunca legalizarse, pero la regulación en la medida que evita la clandestinidad puede evitar también la explotación".
La preocupación fundamental de los reglamentaristas ha sido siempre acabar con la propagación de las enfermedades venéreas, y la de los abolicionistas, la de evitar el comercio de las personas, ya que, si se autorizan lealmente los prostíbulos, no puede perseguirse como delito la trata de blancas.
La reglamentación, en cambio, no consigue erradicar las enfermedades venéreas, que es lo que propone. El Consejo Directivo de la Unión Internacional contra las Enfermedades Venéreas llegó a la conclusión, tras varios estudios, de que "el sistema de prostitución reglamentada no había servido en ninguna época, ni en ningún país, para reducir los estragos causados por estas enfermedades", según recoge Ricardo Franco Guzmán en un examen de las distintas legislaciones sore la prostitución, realizado en 1973
Enfermedades
Según algunas fuentes, en el caso de que fuera adelante el proyecto le reglamentación que se pide, se realizaría en dos etapas. La primera de ellas sería un plan sanitario contra las enfermedades venéreas y, en una segunda fase, se haría una normalización del oficio de prostituta, asimilándolo otros en cuanto al pago de impuestos y afiliación a la Seguridad Social. No serían en esto únicas las españolas: las famosas mujeres de los escaparates de Amsterdam tienen derecho a seguridad social y previsión.
El aumento que se ha registrado en los últimos años en las enfermedades de transmisión sexual no está relacionado exclusivamente con la prostitución, sino influido por el aumento en las relaciones prematrimoniales y la liberalización de las costumbres.
Durante 1984, en Madrid, se declararon 570 casos de sífilis y 2.500 gonorreas. En 1983, estas cifras fueron algo más bajas: 490 y 2.300, respectivamente. Según los datos elaborados por Concha Colomo, dermovenereóloga en el programa desarrollado por el Ayuntamiento de Madrid para controlar estas enfermedades en la zona de la Ballesta, el 12% de las prostitutas tienen sífilis; un 10%, blenorragia, y un 50%, uritritis. La paciente de menor edad que ha pasado por su consulta tenía 13 años, y las que llegan con más frecuencia son chicas de 20 a 25 años, solteras o separadas, de bajo nivel intelectual y con dos hijos. Esta población sometida a alto riesgo debería pasar una revisión cada tres meses.
En España, en los últimos años, se ha dado, simultáneanente, un aumento de la prostitución y un aumento en la liberalización de las costumbres. La crisis económica y las dificultades para encontrar el primer empleo podrían ser, en parte, la justificación de este aumento en la prostitución femenina y la aparición de la masculina.
Han aparecido además nuevas formas de ejercerla, adecuándose a los nuevos tiempos como las casas de masaje y relax, el bingo recientemente clausurado en Granada porque sus premios consistían en un encuentro privado con las chicas del local o los anuncios en la Prensa. Nuevos modos para una vieja profesión.
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