España y Guinea Ecuatorial
Cada vez que se habla de Guinea Ecuatorial viene al pelo recordar aquel magnífico libro titulado El principio de Peter o por qué las cosas van siempre mal. España y lo que se ha dado en llamar Guinea Ecuatorial se relacionan a nivel de Estados desde 1968, fecha en que, mientras un pueblo se erigía en nuevo gendarme (el pamue de Río Muni), otro, en cambio, era condenado a un genocidio (los bubis). Sin embargo, esas relaciones entre la metrópoli y la antigua colonia han sido jalonadas por los tumultos y desmanes del ayer colonizado. ¡A lo mejor es una forma de resarcirse!En las últimas fechas salen de nuevo a la palestra esas relaciones por un acto de piratería (terrorismo de Estado) cometido en la persona de un español. Las versiones dadas por los mandamases ecuatoguineanos no sólo no se ajustan a los cánones del derecho internacional, sino ni a la más mínima ética humana, pues en cualquier Estado que se precie de tal todo ciudadano, nacional o extranjero, que transgrada la ley los tribunales le juzgan e imponen la pena correspondiente. Pero eso en Guinea Ecuatorial no existe, y la razón de ello reside en el hecho de que solamente hay un único y verdadero poder -omnímodo, por otro lado-, que descansa en el "grupo de Mongomo", con la anuencia y aprobación de todos los pamues.
¿Qué ocurre en Guinea Ecuatorial? ¿Por qué van mal las cosas? La respuesta puede, en parte, ha llarse en las siguientes palabras de Teodoro Obiang, pronunciadas el 15 de agosto de 1979, al referirse al grupo de militares que formaban su Gobierno: "Somos militares, no políticos ni administradores". Así, pues, es lógico ver que las decisio nes políticas ni las económicas o administrativas no son tomadas por los hombres que debieran, dado que son militares. Ahí, a mi entender, radica el mal o uno de los muchos males de esta mal llamada Guinea Ecuatorial. Por eso, cuando los bubis hemos pedido nuestra independencia, no lo hacemos por afanes de balcanización, sino porque hemos llegado a la santa y clara conclusión de que con el pamue nada puede ir bien.
Y en esta película quien ha hecho el quijote es España, permitiendo no sólo los desmanes de los pamues, sino algo peor aún: financiando y alimentando a quien cada día la veja. Hasta que el Gobierno español no tome las medidas oportunas contra estos terroristas de Estado, Guinea Ecuatorial seguirá siendo un campo de concentración para bubis y españoles residentes o cooperantes.-
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