Elecciones en Pakistán con la oposición entre rejas
Las elecciones que hoy se celebran en Pakistán bajo la ley marcial, después de ocho años de régimen militar, persiguen la institucionalización completa del régimen republicano islámico del general-presidente Mohamed Zia Ul Haq, de 61 años. Ya consiguió su primer aval en el plebiscito islamizador de las leyes paquistaníes, el pasado 19 de diciembre, que le aseguran cinco años más en el poder. Ahora están en juego 237 escaños de La Asamblea Nacional, para un período de cinco años, y 63 mandatos por cuatro años para el Senado. El jueves se elegirán los Parlamentos regionales. Los dirigentes de la oposición están en la cárcel. Apenas ha habido campaña electoral digna de tal nombre.
Veinte escaños de la Asamblea son para otras tantás mujeres, y diez, para las miriorías religiosas, hindúes y cristianos principalmente. En la Cámara alta, o Senado, cada uno de los departamentos regionales, Sind, Punjab, Baluchistán y la provincia del Noroeste, debe estar representado por 14 senadores, es decir, 56 en total, más cinco representantes de cada una de las dos áreas tribales y dos senadores más por el territorio de la capital federal Islamabad.Con una extensión de 803.000 kilómetros cuadrados y una población de más de 90 millones de habitantes, el censo separa claramente a los islámicos, el 90 % de la población, de los no musulmanes.
Al menos 300 de los 1.056 candidatos que comparecen ante las urnas pertenecían a partidos políticos de oposición que les retiraron su aval partidario después de que la oposición decidiera boicotear estos comicios. Por ello, a las urnas concurren candidatos que acuden como representantes de sí mismos, o de familias y clanes, en su mayoría terratenientes ricos.
Los oponentes al Gobierno militar de Zia Ul Haq tildan de farsa estas elecciones y las consideran como un intento directo de legitimar el régimen castrense del general, que gobierna con mano de hierro desde 1977, asistido por una Junta Militar de cuatro miembros.
Unos 250 candidatos proceden del Majlis e Shura, la Asamblea consultiva islámica, y fueron designados por el general Zia en 1982. La función primordial de este órgano asesor, formado por un mínimo de 350 miembros, consiste en dirimir sobre la eventual concordancia o discordan cia entre la democracia represen tativa y el islam. En caso de dis cordancia, primará el islam.
Lo más característico de estas elecciones es el hecho de que se realizan sin presencia de los partidos políticos de corte democrático, propios de los sistemas parlamentarios.
Más de 300 altos dirigentes y 500 cuadros de la oposición, así como otras 2.000, personas, calificadas por el régimen gobernante como "elementos antisociales", se encuentran actualmente en la cárcel o en arresto domiciliario.
Las reuniones pre electorales han sido prohibidas únicamente se consintió a los candidatos reunirse en grupitos con tres o cuatro personas para ganar electores. Pudieron también ir de puerta en puerta. Se prohibió además que cada candídato gastase más de 2.500 dólares, unas 465.000 pesetas, en las seis semanas precedentes a las elecciones.
La decena de partidos de corte democrático, agrupados hoy en el denominado Movimiento para la Restauración Democrática (MRD), permanece vetada desde que el general Mohamed Zia se hiciera con el poder en 1977 tras derrocar en un golpe militar al civil Zulfikar Ali Bhutto, un aristócrata ilustrado que intentó modernizar Pakistán en los años setenta. Bhutto, acusado del asesinato de un familiar de un rival político, fue ahorcado en abril de 1979.
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